BUENOS AIRES/MENDOZA.- Alejandro Vandenbroele, titular de la nueva Ciccone Calcográfica y señalado por su esposa Laura Muñoz como presunto "testaferro" del vicepresidente Amado Boudou, volvió a aparecer ayer luego de que la Justicia allanara un departamento de su propiedad.
El empresario regresó por cuarta vez a la casa de su pareja, en Mendoza, para intentar visitar a su hija de cuatro años. Muñoz, quien lo denunció por amenazas de muerte, le exigió que declarara su domicilio real como condición para retirar a la menor.
En la puerta de su casa, en Luján de Cuyo, a las 16 horas, la mujer que desató el escándalo le leyó a Vandenbroele la recomendación de un magistrado en la que consta que para entregarle en custodia a la niña, el padre debe declarar su lugar de residencia. Ante la requisitoria de su ex pareja, Vandenbroele sólo repitió: "¿me vas a entregar a la niña?", según informó el diario "Perfil" en su edición impresa de hoy.
Durante la tensa situación, el abogado insistió con ver a su hija y llevársela consigo, y se negó a hacer declaraciones.
Mientras, el manto de sospechas que lanzó el jueves pasado el vicepresidente contra el Poder Judicial, en general, y contra el juez federal Daniel Rafecas y el fiscal Carlos Rívolo, en particular, generó que en las últimas 48 horas se defendiera con firmeza la actuación de la Justicia nacional, y en especial del magistrado.
El vicepresidente había acusado al juzgado de Rafecas de ser "una agencia de noticias", por la difusión de datos de la investigación de la causa Ciccone. Por ello, referentes de las asociaciones de magistrados y fiscales defendieron al juez y al fiscal y subrayaron que se debe "respetar" su investigación sobre la ex Ciccone Calcográfica, que involucra al vicepresidente. (Especial-NA-Perfil.com).