AMAN.- Las fuerzas del Gobierno sirio reprimieron nuevas protestas contra el presidente Bashar al-Assad dejando al menos 54 muertos, dijeron activistas de oposición, antes del arribo de una misión del enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan.

Rondas de tanques y disparos de morteros aplastaron distritos opositores de la ciudad rebelde de Homs y también en la norteña provincia de Idlib y más víctimas en el resto del país. Un foco de las protestas fue la conmemoración del aniversario de los disturbios ocurridos en el 2004 en el noreste kurdo de Siria que fueron reprimidos por tropas del régimen y dejaron un saldo de unos 30 muertos.

La jefa humanitaria de la ONU, Valerie Amos, que visitó Homs esta semana, aseguró que el Gobierno de al Assad aceptó sumarse a las agencias del organismo en una "evaluación limitada" de las necesidades de los civiles en Siria, pero no cumplió con su demanda de un acceso ilimitado para los grupos asistenciales. Las autoridades sirias pidieron más tiempo, informó Amos desde Ankara luego de visitar a los refugiados que escaparon de Siria y se instalaron en campamentos fronterizos en Turquía.

Activistas de Homs dijeron que la visita de Amos no cambió nada. "Queremos detener las matanzas y comer", declaró Waleed Fares, desde el distrito. Naciones Unidas estimó que al menos 25.000 personas huyeron de Siria en 2011, aseguró Adrian Edwards, portavoz de Acnur, agencia internacional para los refugiados.

Annan convocó al diálogo para llegar a una solución política y poner fin a un conflicto de un año que podría derivar en una guerra civil. Pero figuras de la oposición lo criticaron por una propuesta que creen que sólo daría más tiempo a las fuerzas de al Assad para aplastar a los disidentes El ex secretario general de Naciones Unidas se reunirá con al Assad hoy, aseguró el actual jefe de la ONU, Ban Ki-moon. Las divisiones entre las grandes potencias bloquearon cualquier acción en la ONU para resolver la crisis, con China y Rusia en contra de una medida que pueda desencadenar una intervención militar al estilo de Libia. Pekín pide no usar la ayuda humanitaria para "interferir" en Damasco. (Reuters)