"No queremos que se repita", dijo anoche Walter Sénneke, el padre de Iván, al cerrar la marcha en la plaza Independencia. "Es muy difícil para nosotros poder hacer frente a esta situación. No hay consuelo -admitió-, no hay un sinónimo para explicar lo que sentimos. Es difícil estar equilibrado... a mí me hubiera gustado venir a esta plaza a festejar que Argentina era campeón del mundo y no a otra cosa, no sé si me explico", afirmó con la voz entrecortada. "Tengo que venir a pedir que todo cambie. A mi hijo no lo voy a tener más. Todos estamos en este barco que se llama Argentina y lo estamos hundiendo. Es lamentable pero es así. Vivimos separados por estupideces, ¿hasta cuándo?", se preguntó.