Rafaela o Gimnasia de Jujuy se presentan ante Atlético como verdaderos espíritus malignos. Demonios a los cuales generalmente no puede se les puede sacar una victoria ni con exorcismos. Ahora bien, si se habla de Aldosivi, en los últimos años ha sido una deidad que ya sea visitándola en su templo o recibiéndola en el propio, ha bendecido a los "decanos" con un resultado positivo casi siempre. Hoy, los fieles de 25 de Mayo y Chile quieren volver a invocar a los marplatenses cuando los enfrenten desde las 15.30.
La racha de la que se habla, engloba los últimos cuatro partidos con tres triunfos y un solo empate, con el que se inició la racha. "Nos ha ido muy bien tanto de local como de visitante", confirma Deivis Barone, que no estará esta tarde por acumulación de amarillas, pero tiene qué contarles a sus compañeros. "Es un estadio lindo y con cancha grande", asegura el uruguayo. Gustavo Toranzo, su reemplazante, recuerda una jugada en particular del último partido en la costa. "Ese día nos dirigió el ?Negro? Guerrero y me acuerdo que con una jugada de Cristian Chávez llegamos al área con 10 toques. El arquero se la atajó en la línea pero fue impresionante", relató el defensor.
"Ese partido fue perfecto. Pudimos haber ganado por más goles y jugamos bien en todas las líneas", añora Luis Rodríguez; pero rápidamente vuelve a la realidad. "Este es otro torneo, aunque sea en el mismo año".
"Fue el mejor partido que jugamos en 2011", sentencia Diego Barrado, agrandando aún más el mito aunque también quiere mantener los botines sobre el césped como "Pulguita" y señala que el de hoy es otro duelo.
Aquel partido fue tras la salida de Enrique Hrabina y Atlético necesitaba un triunfo como el agua: fue 3-0 como visitante en una de sus mejores producciones y significó la levantada luego de una serie de pobres actuaciones. Pero el choque del 2 de abril no fue el único decisivo. Siguió el patrón de que el triunfo se cumple en el 75% de los encuentros ante el "tiburón". Además del nombrado, en la recta final del ascenso en 2009, un 1-0 en el Monumental casi puso a Atlético en el umbral de Primera.
En el medio, está la ida del 3-0 que se obtuvo en Mar del Plata, en la primera vuelta. Un 2-1 en 2010 que salvó la cabeza de "Quique" cuando en el entretiempo de esa octava fecha todos pedían por Héctor Rivoira a los gritos. Por último, un empate 1-1 en 2008 abrió el período invicto.
Para llegar hasta la última derrota con los auriverdes, hay que viajar hasta el comienzo del siglo. Un 2-0 en el "José María Minella" cerró las alegrías de los marplatenses ante los "decanos" en la pasada década.