En Estados Unidos provoca conmoción el caso de Thomas, un niño de 11 años adoptado por una pareja de mujeres y que un día "decidió" que quería ser niña. Ahora, Tammy -su nuevo nombre- es sometido a una terapia hormonal para cambiar de sexo. Las madres, Debra Lobel y Pauline Moreno, afirmaron que a los tres años el pequeño les dijo que era mujer, en un lenguaje de señas, pues padece de un defecto en el habla. Cuatro años después -relataron ellas- trató de mutilarse los genitales.

Dos psiquiatras diagnosticaron un trastorno de identidad sexual, según el "Daily Mail". El chico toma una hormona que le impedirá experimentar la pubertad como varón, por lo que no desarrollará voz grave ni vello facial. Aunque afirman que el niño es feliz, las madres adoptivas reciben fuertes críticas.