Un túnel oscuro, con luces que apenas marcan el camino de tierra, plantas y salvajismo. Ruidos de naturaleza, chillidos de animales y viento. Tanto misterio inquieta por esa pasarela armada con huesos. Los ojos están cada vez más abiertos. La ansiedad crece y el corazón se acelera: se trata de un enorme Parque Jurásico que en pocos minutos nos remite a una película. No la de Spielberg. Una verdadera: la de la historia de nuestro planeta en el momento en que los dinosaurios eran sus dueños.
Llegó a Tucumán la exposición "Dinosaurios. Mundo jurásico", un sueño prehistórico que paseó por las principales capitales de Europa y Estados Unidos. Ahora está montado en el Club Central Córdoba. Unos 20 ejemplares de dinosaurios en escala real y con movimientos conforman un recorrido sorprendente, en el que se puede apreciarlos casi como si estuvieran vivos. Cada uno es una máquina comandada por computadora que imita algunos de los movimientos originales de los animales, inclusive los que hacían al respirar.
Como si fuese real
Todo está armado para que el predio sea lo más parecido al hábitat natural: plantas, tierra, árboles y luces que simulan la noche y el día. "La idea es que cada uno haga el recorrido en el tiempo que quiera y se detenga a observar en detalle a los animales", explica Patricia Abdala, la productora porteña encargada de la exposición. "Es una visita entretenida, pero también muy educativa", agrega.
A lo largo de la caminata aparecen el carnotauro, el stegosauro y el pteranodonte, por mencionar sólo algunos. Y el que todos esperan, claro: el tiranosaurio rex. Está en el área central y tiene exactamente los 13 metros que medían los verdaderos. Este también está animado y aparece en escena devorando un triceratops.
Para disfrutar
De lo que nadie, ni hijos ni padres, pueden despegarse es de la zona interactiva. Allí, después de aprender y de recorrer de punta a punta la muestra, se puede operar un dino manualmente con una consola para hacerlo caminar y moverse, y también montar un dinosaurio equipado con motor a batería y volante. En este último los más grandes deberán quedarse con las ganas, porque no soporta más de 50 kilos. Otra vez será.
El paseo incluye también una sala de cine 3D en la que se proyecta una película de 25 minutos. "Te subís a una nave que te lleva a la prehistoria y te encontrás con un dinosaurio enojado. Al final, con unos cuadros, se muestra desde el inicio del universo hasta hoy. Podemos apreciar lo pequeños que somos en la evolución y el enorme daño que le estamos causando al ambiente", adelanta Abdala.
Atención
La muestra estará abierta entre mañana y el 30 de octubre. Los horarios son: de lunes a viernes de 14 a 22; sábados, domingos y feriados, de 11 a 22. Los precios: $20 hasta los 12 años y $30 a partir de los 13 (de lunes a viernes). Los chicos de hasta dos años pasan gratis. Los precios de los fines de semana se definirán hoy.
Armando el rompecabezas
Cuatro técnicos de Buenos Aires y unos 18 tucumanos trabajaron para montar el parque. La inmensa estructura viene embalada en cajas especiales y cada pieza es parte de un rompecabezas. Fue hecho en China hace tres años.
Paneles coloridos
Los detalles de cada "bicho" están en carteles y en coloridos paneles informativos. Ahí encontrarás sus dimensiones, peso, etapa y lugar en el que vivieron.
Vueltita prehistórica
Los chicos de hasta 50 kilos pueden subirse a la "Dino cabalgata". Son dinosaurios equipados con motor a batería y rueditas en los pies, y los pasajeros pueden pilotearlos utilizando un volante.
El oviraptor se robará la atención
Se trata de un pajarraco extraño, pequeño y con plumas. Indudablemente, es uno de los más raros y curiosos de los dinosaurios. Por su aspecto, seguramente será uno de los que más les llamará la atención a los chicos.
El huevo del recuerdo
En el sector interactivo, los chicos -ojo: sólo ellos- pueden introducirse en los huevos gigantes de dinosaurio y volverse a casa con una foto de recuerdo.
Un detalle
La piel de los dinosaurios está hecha con una silicona especial. Cada grieta que se ve, cada detalle, ha sido hecho a mano, no con molde.