NUEVA DELHI, India.- Amar Mahant decidió dedicarle su vida al dios Shiva, a principios de la década del 70. Eso lo llevó a renunciar a su empleo y a dejar su vida sociomaterial, como una forma de rendirle culto.  A partir de 1973 decidió emprender un voto bastante particular, sostener su brazo en alto la mayor cantidad de tiempo posible. Tarea que aún no concluye ya que, 38 años más tarde, continúa en esa posición. Shiva es una de las principales deidades del hinduismo, y para muchos de sus fieles seguidores Mahant representa un símbolo de paz y disciplina. La forma de honrar al dios levantando el brazo ya fue puesta en práctica por varios de ellos, pero ninguno alcanzó mantenerlo por tanto tiempo. Pero el brazo de este hombre ha enflaquecido desproporcionadamente con el resto del cuerpo, y ha perdido cualquier funcionalidad. (Especial)