Las empresas no podrán permanecer indiferentes ante la evolución de este entorno de cambio. La Era del Conocimiento plantea una nueva arquitectura organizacional, el de las Empresas 2.0, en las cuales las herramientas tecnológicas y las redes sociales son sus principales aliadas, plantea Octavio Ballesta, especialista en Estrategias Corporativas, Desarrollo Profesional y Talento por Competencias. En su blog (http://blog.talaentia.com), el experto brinda las 10 tendencias que marcan la evolución de una Empresa 2.0:
La organización tiende a conformarse como una red. Las estructuras jerárquicas y orientadas al control comenzarán a ceder una vez que proliferen redes interdependientes de colaboradores. Los clásicos organigramas serán paulatinamente desplazados por los grafos de influencia social.
El currículum ya no es el elemento central en las nuevas prácticas de reclutamiento y selección. El clásico currículum no tiene la expresividad que las redes nos ofrecen para permitir que un reclutador perspicaz pueda intuir a bajo costo, si un candidato acredita las competencias, habilidades y destrezas para predecir su éxito en un rol y reducir la incertidumbre acerca de su fácil y rápida adaptación a la cultura organizacional.  
El auge indetenible del teletrabajo. La facilidad del acceso desde distintos dispositivos y una creciente conciencia para dotar al trabajador de mayor flexibilidad para favorecer una mejor conciliación de su quehacer profesional con su vida laboral están influyendo para que los empleados dediquen una fracción cada vez mayor de su tiempo productivo a trabajar desde el hogar o desde cualquier otra locación. Ahora es posible reducir costos incurridos en viajes y en el alquiler de planta física gracias a  equipos de trabajo integrados por profesionales multidisciplinares.
La pertinencia de implantar ambientes colaborativos de trabajo. La hegemonía de silos funcionales conformados por departamentos que egoistamente se apropian de los datos que procesan y del conocimiento que generan, está cediendo ante la emergencia de ambientes de trabajo abiertos basados en la colaboración.
El tiempo para un estilo de liderazgo descentralizado ha llegado. La nueva organización, conformada como un conjunto de redes interdependientes de colaboradores multidisciplinares, requerirá para su éxito que el liderazgo, antes de ser ejercido verticalmente por un puñado de profesionales, sea desarrollado en función de la influencia que cada profesional ejerce acorde a sus competencias y radio de acción sobre otros para administrar y alinear recursos en procura de un fin común.
La brecha generacional como catalizador del proceso de cambio. La incorporación de jóvenes profesionales genera una creciente presión para favorecer la implantación progresiva de ambientes de trabajo virtuales. Un liderazgo perspicaz debería ser capaz de armonizar eso con el conocimiento del negocio que acreditan los profesionales de mayor experiencia.
La organización adopta una creciente orientación hacia el cliente. A través de las redes nuestros clientes, competidores y colaboradores ya están generando interacciones, a cuya influencia y efectos potenciales hemos de prestar atención, si no deseamos afectar por omisión, nuestro prestigio como marca y deteriorar nuestro posicionamiento competitivo.
Influencia creciente de los colaboradores en la gestión de Tecnología. Recursos Humanos, con el decidido apoyo de la Alta Dirección, puede asumir un rol protagónico en la gestión de este proceso. Esto un profundo impacto en la forma en la que las personas se comunican, interactúan, influyen, aprenden, deciden y operan en una organización.
La gestión de la marca empresarial se complementa con la de la personal. Las organizaciones más orientadas a la aplicación de buenas prácticas de Talento están acelerando sus estrategias de gestión de la marca empresarial para atraer, motivar y preservar a los mejores profesionales. El personal es el activo clave para garantizar la competitividad y el éxito a largo plazo de una empresa inmersa en un entorno de transformación.
La pertinencia de desarrollar una cultura de innovación. En una cultura de innovación se promueven espacios internos de emprendimientos orientados a la mejora de las prácticas internas, al lanzamiento de nuevos productos y a la generación de líneas alternas de negocios. Las empresas 2.0 dedican una parte importante de su presupuesto a esto, para retener a los taletos y desplegar su genuino espíritu emprendedor, señala Ballesta.