Era un gran predicador, pero sobre todo fue un extraordinario confesor. Esto hacía que los fieles acudieran a él de todas partes del mundo para escuchar sus sanos consejos. Juan Bautista María Vianney tenía a su cargo la parroquia de Ars, una pequeña villa francesa que entre 1818 y 1859 -y gracias al accionar de este párroco- se convirtió en centro espiritual de ese país. Todos lo conocían simplemente bajo la referencia de El Cura de Ars.

Vianney fue beatificado en 1905 y el papa Pío X lo propuso como modelo de párroco. En 1925, el papa Pío XI lo canonizó y su fiesta se celebra el 4 de agosto. En 2009, a 150 años de su muerte, el papa Benedicto XVI lo nombró patrono de todos los sacerdotes católicos y convocó en consecuencia al Año Sacerdotal.

En conversación con LA GACETA, el nuevo arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, instó a todos los fieles a saludar a sus párrocos en este día.