Esto se notó en la tranquilidad con que encaró el partido y la claridad conceptual para saber en qué momentos hacer circular la pelota y en cuáles cambiar de ritmo. Para lograr esto, contó con muy buenos intérpretes, sobre todo en la mitad del campo con Emanuel Centurión, Gabriel Bustos, Lucas Oviedo y Raúl Saavedra.
Lo rescatable para el "decano" era que sabía que tenía que ir a buscar el partido, pero lo hizo sin argumentos y sin la convicción que tuvieron los "santos". Esto se dio a pesar de contar con tres delanteros, que si no se los acompaña con criterio y con posibilidades reales de descarga de pelota, las jugadas no tienen buen final.
En el complemento, Adrián Czornomaz leyó bien las carencias que tuvo su equipo en el primer tiempo. Hizo dos cambios que le hicieron equilibrar el medio campo y tener un mejor manejo y posesión del balón.
Pero junto con este hecho llegó la expulsión de Mario Vera, lo que definitivamente volcó el partido para el lado "decano". San Martín mantuvo una buena actitud permanentemente, pero promediando este tiempo apareció cierto conformismo, quizás inconscientemente producto del buen partido que venía realizando y otro poco por la falta de ese hombre y el declive de su condición física. En ese sentido el premio fue para quien lo buscó insistentemente y nunca se resignó al empate.