¿Cómo proponer un diálogo entre los antropólogos y la comunidad de Quilmes o de los arqueólogos con los descendientes huarpes en Cuyo?

¿Cómo es la experiencia australiana en materia de cogestión de comunidades y patrimonio?

No es habitual que los interesados se encuentren a debatir sobre temas de identidad y patrimonio. Pero el taller "Las identidades como redes socio-materiales: configuraciones pasadas y presentes en Sudamérica y más allá", que se llevó a cabo en la residencia Horco Molle y en Quilmes, reunió antropólogos, arqueólogos y etnohistoriadores. Juntos reflexionaron, intercambiaron experiencias y crearon lazos para la cooperación internacional en el marco de un proyecto que busca ahondar la relación del arqueólogo con lo social en la construcción de su objeto y el diálogo con las comunidades. Así lo expresó a LA GACETA la etnohistoriadora Estela Noli. Este primer taller reunió investigadores de Australia, Alemania, Inglaterra y Bolivia, así como de Buenos Aires y otros lugares de la Argentina.

Participaron, entre otros, Andrew Canessa (Essex), Laurajane Smith (Universidad Nacional de Australia), Ian Lilley (Queensland), Kevin Lane (Freie Universität Berlin), Christophe Giudicelli (Paris III-Sorbonne Nouvelle): Verónica Williams (UBA), Diego Escolar (Cuyo), Rodolfo Cruz (Catamarca) y Jorgelina García Azcárate (UNT).

Una plataforma

"Si bien el proyecto ofrece un espacio para la discusión y el desarrollo de conocimiento académico, lo hace reconociendo que los pueblos originarios constituyen algunos de los interlocutores principales del Instituto de Arqueología y Museo. Por esto se espera que sirva también de plataforma para catalizar planes de colaboración sustentables a largo plazo, en sintonía con las necesidades y las prioridades comunitarias identificadas durante el taller", sostuvo Marisa Lazzari (Universidad de Exeter).

El proyecto -que dirige Lazzari- es financiado por el Programa Redes de Investigación (Arts and Humanites Research Council, de Gran Bretaña).

El taller fue organizado junto con el Instituto de Arqueología y Museo de la UNT y el Instituto Superior de Estudios Sociales (Conicet-UNT), bajo la coordinación local de Alejandra Korstanje, y contó con el auspicio del Ente Cultural de Tucumán.