Cuando uno enseña se encuentra con chicos que tienen una empuñadura más cerradita y que terminan con la raqueta por encima de la cabeza. Y está bien porque es una parte del juego que se incorporó al tenis. Es una parte nueva la que trajo Nadal y otros jugadores que hacen lo mismo. No creo que haya que decir ?eso no se hace?. Cuando uno enseña a un chiquito, no le enseña a revolear la raqueta por encima de la cabeza, pero sí se lo puede hacer cuando hay un nivel de juego en el que la situación de juego lo lleva a ese final de golpe.
En el caso de Dolgopolov, cuando lo vi por primera vez me encantó porque trae cosas nuevas, es algo muy personal, pero que gusta.
Ojalá salgan muchos jugadores así porque le ponen un atractivo especial al circuito, de lo contrario, se torna monótono. Cuando aparecen tenistas de estas características se van revolucionando y cambiando ciertas cosas, como en algún momento hubo cambios con Becker, con Borg y con Vilas. Y eso es muy interesante.