Por Diego Hatem - Entrenador
Siempre hay jugadores así. Fabrice Santoro era otro poco ortodoxo y jugaba un tenis muy de él. En el caso de Nadal, lo que sorprende es cómo pasa la raqueta por otros lugares y no siempre para adelante. Pasa por arriba o por atrás para generar ángulos diferentes, para ganar velocidad y generar aceleración.
Es más difícil leer a un jugador de esta clase, por la flexibilidad que tienen en la muñeca.