BUENOS AIRES.- Las leyendas cuentan que los cuervos son verdaderos heraldos de la muerte, aves negras que rondan a todo cuerpo condenado. ¿Será este el oscuro presagio de que terminará por derrumbarse el débil imperio de Julio César Falcioni cuando Boca enfrente a San Lorenzo?

El sábado los "xeneizes" visitarán al "ciclón" y será un partido clave para la actualidad y el futuro de Boca, si de anticiparse a peligrosas estadísticas hablamos. Pero no es sólo el equipo el que está en apuros, sino el propio Falcioni, dados los últimos resultados, negativos y alarmantes. El DT llegó a la quinta fecha del Clausura resultando víctima de sus propias decisiones, y el partido con San Lorenzo lo depositará en la cuerda más floja si el equipo no conquista los tres puntos.

En este sentido, parecería fundamental la presencia de Juan Román Riquelme, el ídolo que Falcioni excluyó cuando estaba en condiciones de jugar. El mismo al que halagó por su juego distinto, no sin antes avisar que sería el primero entre los 11 titulares cuando lo vea físicamente al 100%. Pero Román sigue en duda con miras al clásico en el "Nuevo Gasómetro", ya que la sinovitis en la rodilla izquierda continúa siendo motivo de preocupación para el cuerpo médico "xeneize". Una semana no parece tiempo suficiente para que el enganche se ponga a tope.

Otra tema que también fue discutido es el dibujo táctico, que tantos buenos resultados le había dado a Falcioni cuando dirigió otros equipos y que en su Boca no termina de convencer a causa de las malas producciones. Pero cuando le cuestionan la táctica el DT siempre manda la pelota a la tribuna: afirma que el 4-4-2 no falló nunca, al igual que el funcionamiento colectivo. Según el técnico, todo pasa por los yerros individuales durante situaciones puntuales de los partidos.

Entre tanto revuelo el oxígeno se le va acabando a Falcioni. Sólo un triunfo y una consecuente racha victoriosa puede darle al DT lo mínimo para seguir y salir vivo del siempre vertiginoso mundo Boca. (Especial-Télam)