El jueves ensillaron sus caballos y salieron a controlar los animales. Pero la brutal creciente del río Chico los sorprendió y el agua los dejó aislados. Roberto Medina, de 83 años, y su sobrino Manuel, de 41, durmieron sobre un sulky y pasaron hambre, porque casi no tenían comida. Ayer, fueron rescatados y los trasladaron en helicóptero al hospital de Simoca. Afirmaron que las crecientes están terminando con los pueblos.