MADRID, España.- Si alguien pensaba que la genética iba a confirmar la supremacía del ser humano, tal vez esté equivocado. El último ejemplo en este sentido es el de la pulga de agua (Daphnia pulex), un minúsculo crustáceo. Su genoma, que publica "Science", tiene unos 31.000 genes, mientras que el ser humano tiene 21.000. El trabajo fue dirigido John Colbourne, de la Universidad de Indiana. (Especial)