La discopatía es una enfermedad discal degenerativa que se presenta con frecuencia desde los 50 años en adelante. Pero también puede tener causas traumáticas.

Cuando colapsa o se rompe un disco intervertebral de la columna el resultado es una hernia de disco, que comprime las raíces nerviosas produciendo intenso dolor, quemazón y malestar frecuente, entre otros síntomas insoportables. La solución para este problema, como bien lo explicó el neurocirujano Alvaro Campero, "es la intervención quirúrgica para reemplazar el o los discos dañados con prótesis discal modular que restablezcan la altura del espacio intervertebral y la movilidad fisiológica en la columna cervical".

Cada prótesis discal está compuesta por dos placas fabricadas con aleación de cobalto, cromo y molibdeno. El revestimiento de la superficie es de titanio puro y su rugosidad favorece la aposición del tejido óseo en pocos meses. Entre las dos placas (ver foto) lleva inserto una especie de almohadilla de polietileno que permite la movilidad fisiológica de la columna (flexión, extensión, rotación y lateralización), el restablecimiento del equilibrio anatómico.

"Las prótesis se fabrican en seis tamaños, lo que nos permite ajustarlas conforme a las dimensiones del disco de los pacientes", explicó Campero.