Celina Zambón, pudo ser como cualquier mujer de Chajarí, la ciudad de Entre Ríos que la vio nacer. Sin embargo decidió que sus dos grandes amores, la actuación y el flamenco, determinarían su destino. Tan fuerte fue su convicción que en 2001 dejó de confesarse en la obra "Confesiones de mujeres de 30" y abandonó las grabaciones de la tira de Polka "Son amores", para armar sus maletas con más coraje que ropa y se marchó a Hollywood. Lo único que no podía dejar en la Argentina eran su vestido de flamenco, sus zapatos de tacón y las castañuelas; estos serían su medio de vida y le darían la oportunidad de ser la profesora de flamenco de Dustin Hoffman en la película "Los pequeños Fockers" (aún en cartelera en Tucumán), además de interpretar una escena con él en la divertida película.
"Un día sonó mi celular y era el asistente de Dustin Hoffman", contó la argentina, sin tratar de esconder la emoción en su voz al recordar aquel momento. El famoso actor quería proponerle ser su coreógrafa para el filme "Los pequeños Fockers". Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar: un par de días después volvió a su sonar su teléfono y era Hoffman en persona para insistir con las clases de baile pero además para invitarla a estar en una escena con él. "Dustin me dijo que a él se le ocurrió bailar flamenco en la película por eso buscó, en persona, videos en la página de internet You Tube y allí me encontró", expresó la entrerriana.
El tercer llamado que recibió la experta en flamenco fue el de Universal Estudios para ponerla al día con el proyecto y ultimar detalles. "No llegué a pensar si quería o no. Dije sí y allí estuve", relató Celina. "Le enseñé a Dustin a bailar, fue simple porque es muy dócil y se mueve bien", narró la coreógrafa mientras contó que dirigir el baile detrás de la escena la sedujo. Esta experiencia la había vivido cuando, en una oportunidad, tuvo que entrenar con la cantante colombiana Shakira. "Acá hacer películas es como en Argentina recoger naranjas; porque en esta ciudad hacer cine es un trabajo, en el que entrás a las nueve de la mañana y salís a la seis de la tarde", reseñó mientras traía a la memoria el célebre día en el que filmaría la escena en la que le daría vida a una bailarina de flamenco. "Filmamos en Universal y cuando llegué al set de grabación ya habían dispuesto un trailer para mí. Lo que realmente me importaba era aprender. Un viernes estabamos ensayando la escena con Bárbara, Dustin, el director, y otros más y me dije: ?acá abrí bien los ojos y oídos, y aprendé?", reconoció.
Su Vuelta al país
Celina Zambón es conciente que el lugar que tuvo en el cine de Hollywood abre muchas puertas. Pero, ahora, ese primer y segundo amor del que ella habla los ha hecho a un lado para dar, después de mucho tiempo, prioridad a los afectos. "Haber estado en la Meca del Cine, en Los Ángeles sin parar y haber llegado a hacer la película cierra un círculo muy interesante pero me falta la otra parte. Volver a la Argentina para mostrar algo de lo que aprendí. La gente y mis amigos me dicen a qué venís y yo les contesto que a pesar de que mis momentos más felices son arriba del escenario, tengo otras necesidades. La otra parte es la parte personal, la emocional, la familia, la tierra", relató. Con entusiasmo contó que el próximo fin de semana la espera Pablo Silva, productor de la obra que hará en Buenos Aires, "Cambiemos los papeles". "Yo quiero volver al texto, es una necesidad que tengo. La obra de Julio Ardiles Gray es muy buena, estamos en la búsqueda del partener, pero en mayo seguro que está en cartelera", adelantó Celina.