BUENOS AIRES.- En medio del escándalo por las filtraciones de WikiLeaks, y mientras el Gobierno argentino mantiene el silencio, el ex canciller Jorge Taiana (mencionado en esos documentos) se pronunció esta tarde al respecto.

En declaraciones formuladas a radio "Continental", calificó a los cables secretos como un "chusmerío de baja estofa", y un "golpe al prestigio norteamericano". Taiana -quien es aludido en los textos por su relación con la organización Montoneros- aseguró que lo ocurrido no deja bien parado a EEUU, en relación a muchos países con los que tiene vínculos cordiales o maduras.

"Se trata de un hecho inédito, de una filtración masiva de documentación nada menos que de la principal potencia económico-militar de mundo. Esto tendrá algunas consecuencias inmediatas evidentes", evaluó. Entre ellas, mencionó la "pérdida de confianza en una de las herramientas de la diplomacia, que ha sido siempre la discreción y la reserva".

Los cables -una colección de más de 250.000 mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, obtenida por la página digital Wikileaks y puesta a disposición de algunos medios de prensa- ofrecen una visión única de las prioridades, estrategias, conflictos y presiones ocultas de Washington. Fueron elaborados por funcionarios estadounidenses, con un lenguaje muy franco, sobre personalidades de todo mundo. Descubren los contenidos de entrevistas del más alto nivel y revelan desconocidas actividades de espionaje.

Estados Unidos no pudo impedir que el escándalo explote y se convierta en una crisis internacional inédita. La rápida difusión del cablegate impactó en los cinco continentes, con reacciones dispares. Los cinco diarios con acceso a la totalidad de los archivos de Wikileaks definen el calendario de divulgación: ayer le tocó el turno a la Argentina y, en particular, a Néstor y a Cristina Kirchner.

Según los telegramas escritos por la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, la "pareja gobernante" (ruling couple) colaboraba con el gobierno de George W. Bush, lo que, incluso, habilitó la mediación de la Argentina en la relación entre Washington y la Bolivia de Evo Morales. Pero la llegada de Barack Obama al poder complicó esa cooperación; hasta el punto de que Hillary Clinton solicitó informes sobre la salud mental de Cristina. LA GACETA ©