Los primeros minutos del minicotejo no merecían un ganador. A los 22?, y con su gol, Sebastián Dip descuartizó el partido. Alteró los ánimos en las tribunas y obligó a los "villeros" a ubicarse en la palmera y empezar a generar opciones de gol. De lo contrario los penales serían un castigo mayúsculo para un equipo que había ganado de visitante en la ida. Este comentario continuará...