Jesús, un chico de 11 años de Banda del Río Salí, se vistió para salir con su papá y al ponerse los zapatos lo picó un alacrán. Una ambulancia lo trasladó hasta el Hospital de Niños y llegó justo cuando su corazón había empezado a fallar. Fue salvado, al igual que un niño de un año y medio.

Estos dos casos, ocurridos en la última semana, pusieron en estado de alerta al sistema de salud, porque ya se reportaron 47 picaduras.

El calor y la humedad favorecen la aparición de los alacranes, que salen de noche y suelen esconderse en resumideros y sitios oscuros. Aunque la mayoría de las picaduras no es grave, depende del paciente y de la cantidad de veneno que recibió. El subdirector de Producción y Saneamiento Ambiental municipal (Dipsa), Víctor Mascaró, informó que se reciben muchísimos pedidos de fumigaciones y se realizan 100 procedimientos diarios. "Tenemos a casi todo el personal abocado a esta tarea. Hay miedo entre los vecinos", dijo.