El arreglo con el Club de París es una condición necesaria, pero no suficiente para salir definitivamente del default, afirma a LA GACETA el economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). "Me parece que el Club de París abrirá sus puertas cuando le terminemos de pagar. En ese aspecto, es necesario esperar los detalles del acuerdo para saber cuándo se abrirá el grifo en los mercados", remarcó.

Según el experto, el anuncio de pago es beneficioso para la economía argentina y para el Gobierno porque, a su criterio, redundará en un mayor ingreso de capitales. "Naturalmente que, sin superávit fiscal suficiente, vamos hacia el pago de esa deuda con el uso de las reservas del Banco Central; de eso no hay dudas", añade. Argañaraz explica, en ese sentido, que la gestión de la presidenta, Cristina Fernández, apuesta a que, con el ingreso de más dólares (fruto de la mejora en el precio internacional de las materias primas) pueda abonar la mitad o una tercera parte del compromiso con los naciones que integran el Club de París. No obstante, advierte que si el Central compra más divisas estadounidenses, necesariamente tendrá que emitir más pesos. "Esto generaría una presión adicional a la que tendrá que manejarse con una buena política económica", sugiere.