"Ahora estamos instalados en el rock nacional, en el espectáculo, la cultura; transitamos alfombra roja al lado de los recontra consagrados, pero conservamos espíritu amateur", evaluó Walas, el cantante de Massacre, que esta noche actuará en Tucumán.

Fue la respuesta a la pregunta sobre el presente de masividad, fama y éxito que tiene la banda desde hace tres años, tras la aparición del disco "El mamut", y luego de casi dos décadas de bucear en el under porteño.

El espíritu al que se refirió Walas se traduce en cuestiones simples. "La forma de encarar la composición, de escribir y de seguir siendo como siempre; estamos un poco a la defensiva después de tantos años en la alcantarilla le pusimos un escudo a la frivolidad, la fama, el aburguesamiento y las miles del éxito. Seguimos en la militancia no comercial, y eso se nota y el público ya aprendió a poner en la balanza la verdad y el caretaje. Seguimos teniendo baranda a sótano de Parakultural, a under", aseguró en referencia a aquel mítico reducto que vio nacer a tantas bandas y artistas alternativos

Massacre salió de gira por ansiedad. "Estamos muy metidos en el tema del disco nuevo y no tocamos mucho; pasamos del estudio a la sala de ensayos, y aunque nos dimos el lujo de tocar ante 40.000 personas en el Pepsi Music y telonear a Green Day, teníamos muchas ganas de salir a tocar, de abandonar un rato de nuestro bunker", contó.

Sin embargo, por ahora no hay precisiones sobre ese nuevo disco. "Siempre laburamos muy libres, y hay que ver si arranca el año, porque este no empezó", afirmó.

En busca de lo simple

Walas le dijo a LA GACETA que tienen seis temas casi terminados, y muchas ideas dando vueltas, algunas ya armadas en demos. "La semana que viene va a empezar a definirse, porque se suma al trabajo el productor Juanchi Baleirón (Los Pericos), y dejamos los borradores, para avanzar y laburar", señaló.

Aunque Massacre no se fija plazos, la intención es sacar el nuevo álbum en marzo. Y si bien no hay líneas claramente definidas todavía, Walas se animó a anticipar que él se concentró en buscar una lírica más simple y llana. "Hay menos códigos filosóficos, no es tan psicológico, es más urbano y con referencias a cosas cotidianas, barrios; busco ir hacia lo más simple, y en lo musical nos predispusimos para ir por ahí. Habrá que verlo y escucharlo... ¡hay unos rockazos buenísimos!", dijo con entusiasmo.

En algún momento de la conversación, Walas mencionó sus performances en vivo, los decorados que aporta en escena con muñecos, máscaras y otras chucherías. Pero aclaró que no tienen una relación directa con las canciones o con el disco.

"Son berretines y enamoramiento míos con la vida; tienen que ver con que me enamoro de cosas y voy anticuarios, las traduzco en colecciones o uno cosas que no tienen nada que ver; es una manifestación artística, como poner La Biblia con el calefón. Es una forma de comunicar algo, aunque tal vez antes no me daba cuenta", dijo, y aclaró que no busca ser pedante con sus palabras.