A partir de esta noche y al menos durante un mes, viajar a Capital Federal en avión demandará más tiempo y más plata. Desde las 23, Aeroparque trasladará sus vuelos de cabotaje y regionales al aeropuerto internacional de Ezeiza y al aeródromo del Palomar, dependiendo la empresa de la que se trate. En nuestra provincia, las aerolíneas que ofrecen servicios hacia Buenos Aires son Aerolíneas Argentinas, Austral y LAN, por lo que Ezeiza será el destino de los tucumanos que utilicen vuelos comerciales hacia la capital del país.
El motivo de los traslados es que se ampliará la pista de la aeroestación y se mejorarán sus condiciones de seguridad; según el proyecto, las obras estarán listas el 1 de diciembre. Mientras tanto, los tucumanos que vuelen a la ciudad porteña deberán olvidarse de los escasos 9 km que separan el Aeroparque Jorge Newbery del centro y resignarse a hacer el nuevo trayecto, que es de 33 km.
Pero no sólo la mayor distancia modificará la rutina de los viajeros. Según instruyeron las autoridades de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), los pasajeros cuyos vuelos despeguen desde Ezeiza, deberán presentarse nada menos que tres horas antes del horario que indica el pasaje para hacer el check in. En declaraciones a la prensa, el gerente de Aeropuertos de Aerolíneas Argentinas, Ricardo Lehmacher, explicó que esto se debe a que se intentará que los vuelos sean lo más puntuales posible para no alterar las llegadas y las partidas de los aviones internacionales.
Marcelo Marina, de una empresa de viajes tucumana, habló con LA GACETA y dio algunas claves para evitar problemas. "Además de ser más costoso y más largo, el viaje desde Ezeiza al centro de la capital puede volverse tedioso según el horario que toque. Es importante tener en cuenta las posibles demoras del tránsito, por lo que conviene averiguar muy bien y planificar el viaje", aconsejó el operador.
Según Marina, a esto se debe, en parte, que las autoridades aeronáuticas hayan solicitado llegar con tres horas de antelación al horario del vuelo. "La gente que no conoce no puede calcular la demora del trayecto, que en condiciones normales es de entre 40 y 50 minutos, y puede perder el avión", explicó.
Los traslados desde o hacia Ezeiza se pueden hacer en combis diferenciales con paradas, horarios y tarifas fijas, o bien en taxis o remises. En el primer caso el precio oscila entre los $ 16 y los $ 45, mientras que en taxi, el presupuesto se eleva considerablemente: $ 174 es la tarifa que ofrece la empresa Manuel Tienda León, uno de los referentes en el rubro.
Lo único que el operador no se anima a responder con precisión es qué hacer durante las tres horas de estadía dentro de Ezeiza: "¡nada, porque hasta tomar un café sale una fortuna en el aeropuerto!", contesta y se larga una carcajada cuando el cronista propone que habrá que llevar la vianda.
Según informó Aeropuertos Argentina 2000, los trabajos previstos renovarán por completo la pista de aterrizaje del concurrido aeropuerto internacional, adaptándola a los nuevos estándares internacionales. Entre los trabajos, realizarán un ensanchamiento de 40 a 45 metros, se instalarán nuevos sistemas de señales diurnas, de balizas, de control y una nueva caseta central de energía. Además, se realizará un acabado ranurado para evacuar el agua de lluvia, permitiendo que los aviones puedan ser operados aunque llueva.
El motivo de los traslados es que se ampliará la pista de la aeroestación y se mejorarán sus condiciones de seguridad; según el proyecto, las obras estarán listas el 1 de diciembre. Mientras tanto, los tucumanos que vuelen a la ciudad porteña deberán olvidarse de los escasos 9 km que separan el Aeroparque Jorge Newbery del centro y resignarse a hacer el nuevo trayecto, que es de 33 km.
Pero no sólo la mayor distancia modificará la rutina de los viajeros. Según instruyeron las autoridades de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), los pasajeros cuyos vuelos despeguen desde Ezeiza, deberán presentarse nada menos que tres horas antes del horario que indica el pasaje para hacer el check in. En declaraciones a la prensa, el gerente de Aeropuertos de Aerolíneas Argentinas, Ricardo Lehmacher, explicó que esto se debe a que se intentará que los vuelos sean lo más puntuales posible para no alterar las llegadas y las partidas de los aviones internacionales.
Marcelo Marina, de una empresa de viajes tucumana, habló con LA GACETA y dio algunas claves para evitar problemas. "Además de ser más costoso y más largo, el viaje desde Ezeiza al centro de la capital puede volverse tedioso según el horario que toque. Es importante tener en cuenta las posibles demoras del tránsito, por lo que conviene averiguar muy bien y planificar el viaje", aconsejó el operador.
Según Marina, a esto se debe, en parte, que las autoridades aeronáuticas hayan solicitado llegar con tres horas de antelación al horario del vuelo. "La gente que no conoce no puede calcular la demora del trayecto, que en condiciones normales es de entre 40 y 50 minutos, y puede perder el avión", explicó.
Los traslados desde o hacia Ezeiza se pueden hacer en combis diferenciales con paradas, horarios y tarifas fijas, o bien en taxis o remises. En el primer caso el precio oscila entre los $ 16 y los $ 45, mientras que en taxi, el presupuesto se eleva considerablemente: $ 174 es la tarifa que ofrece la empresa Manuel Tienda León, uno de los referentes en el rubro.
Lo único que el operador no se anima a responder con precisión es qué hacer durante las tres horas de estadía dentro de Ezeiza: "¡nada, porque hasta tomar un café sale una fortuna en el aeropuerto!", contesta y se larga una carcajada cuando el cronista propone que habrá que llevar la vianda.
Según informó Aeropuertos Argentina 2000, los trabajos previstos renovarán por completo la pista de aterrizaje del concurrido aeropuerto internacional, adaptándola a los nuevos estándares internacionales. Entre los trabajos, realizarán un ensanchamiento de 40 a 45 metros, se instalarán nuevos sistemas de señales diurnas, de balizas, de control y una nueva caseta central de energía. Además, se realizará un acabado ranurado para evacuar el agua de lluvia, permitiendo que los aviones puedan ser operados aunque llueva.