Su padre dedicó toda la vida al trabajo minero y por eso el hijo continuó con el oficio. La experiencia lo llevó a labores de excelencia en los yacimientos del país. En San José ocupaba el puesto de "yumbero"; es decir, estaba encargado de la perforación. Lo consideran el guía espiritual. Tenía la intención de dejar la mina porque decía que "el cerro estaba malo". LA GACETA ©