- No tan buenas compañías.- El instructor de manejo, Rodolfo Varela, señaló los pecados de los conductores. Aunque se crea que la música es la mejor compañera, esta práctica suele aislarlos del ruido externo además de distraerlos. El tiempo que se toma buscar un CD, cambiarlo y luego seleccionar una canción puede ser un riesgo.
- Celular, sombra y labial.- Al igual que hablar por celular, maquillarse al volante es uno de los grandes pecados. Pintarse en un semáforo puede ocasionar retrasos y maniobras descontroladas y apresuradas.
- Fresco, pero desatento.- Ventanillas cerradas y aire acondicionado encendido provocan el aislamiento del conductor a nivel auditivo. Esto es peligroso, ya que el oído es esencial para el comprender el tránsito.
- Descalzos e inseguros.- Muchas personas conducen descalzas en verano. Esto es peligroso porque el pie puede resbalar en el pedal o no ejercer la presión necesaria para acelerar o desacelerar a tiempo.
- Pegados al peligro .- La congestión constante en el centro genera la manía de manejar pegado al auto que circula adelante. La más pequeña maniobra suele terminar en un choque.
- La peor búsqueda.- Una causa común de accidentes suele ser una mínima distracción de un conductor para buscar algún objeto que necesitaba. Cada segundo que se le quita a la atención en la conducción se convierte en riesgo de colisión.
- Amores que matan.- Los conductores enamorados pueden ponerse en serios riesgos por mirar a la persona amada, ofrecerle una caricia y, especialmente, darle un beso.
- Abrigos incómodos.- Manejar con demasiada ropa puede ser un punto en contra, ya que el conductor estará incómodo y se reducirá su capacidad de realizar las maniobras necesarias.
- Comidas- Conducir mientras se come implica un riesgo muy alto. Las manos deben estar en el volante y no en la boca. Cualquier bebida puede derramarse y provocar una distracción.
- Humo riesgoso - Tener fuego en las manos es un peligro. En una frenada, el cigarrillo cae en los pantalones o en el asiento, el conductor empieza a saltar como un resorte para no quemarse y descontrol total.