"Si Alberdi viviera hoy tendríamos que reconocerle la vigencia y lo acertado de su pensamiento: la necesidad de un orden político pacífico y de una Constitución que diera garantías a los creadores de riqueza. También tendríamos que aceptar, a 200 años de su nacimiento, lo poco que hemos logrado en uno y otro sentido", afirmó la constitucionalista Gilda Pedicone de Valls.