El tiempo pasa y las luces no se apagan. El público, ansioso, aplaude como avisando que ya esta ahí, listo para escuchar el último trabajo de Javier Malosetti junto a Electrohope. A las 22.10 se abre el telón, los cinco músicos se encuentran aglutinados en la parte de adelante del escenario, listos para dispararles a los espectadores, indefensos ante tanto talento. "Disco infierno" es el primer tema del recital y de "Ten", el disco que sirvió de excusa para la visita del músico a Tucumán.
El primer solo de la noche está a cargo del propio Malosetti, que con un poco de distorsión y mucho virtuosismo hace honor a su reputación y se lleva la primera ovación de la noche.
Una remera roja combinada con un saco negro, un jean, el pelo despeinado y unas relucientes zapatillas blancas que se deslizan o golpean el piso según la ocasión, envuelven a uno de los prodigios del jazz nacional. Un músico que -tal como hace con su ropa- mezcla estilos sin miedo y con la calidad de alguien que sabe lo que hace.
"Primero tocamos el primer tema, después el? segundo, el anterior era el tercero y este es el cuarto", bromea antes de ofrecer "Benja". Los chistes son una constante entre tema y tema, al igual que el pedido del público por ciertas canciones que Malosetti se da el gusto de ignorar. Es que con 10 álbumes sobre la espalda cumplir con todos los deseos es imposible. Además, él está demasiado orgulloso de "Ten" y no le hace falta sacar temas viejos de la galera.
Las canciones se encargan de ir destapando las condiciones de cada uno de los artistas. Brillantes solos y complejas interpretaciones llenan el Alberdi de melodías que son correspondidas con calurosos aplausos. Los fans están más que satisfechos.
"Nico Rafetta en teclados, Tomi Sainz en batería, Hernán Segret en guitarra bajo y voz, y Damián Carballal en todo lo demás que no es lo que acabo de mencionar", anuncia Malosetti, lo que volverá a hacer al menos cuatro veces más durante el recital. La constante mención de los miembros de Electrohope no sólo busca presentar a la banda, sino recalcar su gran logro: juntarse con artistas jóvenes, que no tocan jazz para dar una cátedra de composición musical.
Jazz, swing, blues y rock se mezclan creando un plato más que suculento, que puede pasar de un melancólico blues como "Albie y Allie", a un clásico del rock como "Money for nothing", de Dire Straits. Uno de los picos más altos de la noche se produce cuando Malosetti queda solo en el escenario. El músico, su bajo/guitarra y unas cuantas pedaleras forman una sinfonía que explota con un soberbio solo. Y con eso basta. Pedir más es demasiado. Pero como el disco se llama "Ten" y Malosetti evidentemente esta ahí para dar todo, el banquete continúa.
Una larga lista de agradecimientos antecede a "Maybe I?m Leo", cover de Deep Purple, y "Delpo", temas que cierran la noche con un toque bien rockero que Malosetti corona levantando su bajo por los aires. Saludos, aplausos y un par de bises son el postre. Oídos llenos, corazón contento.