"Para que mi nieta pudiera comprar la droga, hasta tres personas se aprovecharon de ella", contó el abuelo de una adicta. Los jóvenes desesperados de barrios como La Costanera hacen todo lo que esté a su alcance para conseguir estupefacientes. Mientras la adicción empuja a los varones al robo, las mujeres venden su cuerpo. Lucía Briones, de la Dirección de Familia municipal, dijo que por semana reciben una o dos denuncias de chicas que se prostituyen para drogarse. A pesar que el número de casos creció en los últimos tiempos, hay pocas denuncias.
Venden su cuerpo para conseguir drogas
Tristes testimonios de familiares de jóvenes tucumanas. Otras opiniones