ROSARIO DE LA FRONTERA.- Otra vez en la Escuela de Comercio Nuestra Señora del Rosario y otra vez una adolescente. El último intento de suicidio conocido ocurrió la semana pasada, cuando una alumna del mismo establecimiento escolar que perdió a tres estudiantes en la serie de suicidios consumados atentó seriamente contra su vida, aunque no lo consiguió. Las tentativas de este tipo comienzan a ser incontables: a mediados de junio, fuentes del Hospital Melchora Figueroa de Cornejo calculaban que 25 chicos habían intentado matarse en lo que iba del año. Pero ayer, otros profesionales de la misma institución observaron que esa cifra puede estar cerca de la media centena.

El drama, sin embargo, es difícil de dimensionar por la falta de información precisa y confiable. Gloria Abán, médica y gerenta del Hospital, aseguró a LA GACETA que no había más de dos casos registrados oficialmente en el primer semestre de 2010, pero, tras escuchar las versiones de otros funcionarios próximos a su institución (que no revelan su identidad por temor), corrigió el dato inicial y afirmó que habían sido cinco los chicos que intentaron quitarse la vida.

La información de la gerenta del Melchora Figueroa de Cornejo tampoco coincide con la decena de tentativas consignadas en la investigación judicial de la serie de suicidios. Y el escalofriante número crece cada vez más: el lunes, Rodrigo Acosta, el primer y único detenido en el expediente, confesó al juez que había intentado matarse media docena de veces. Tras constatar el estado de desánimo y abatimiento del supuesto instigador (de 18 años), y advertir el riesgo de que pudiese consumar el suicidio, el magistrado Sebastián Fucho ordenó suspender la indagatoria y someter al detenido a una pericia psiquiátrica. Desde entonces, Acosta goza de asistencia psicológica permanente. Ayer, un perito de la Corte de Justicia de Salta revisó al imputado y confeccionó el informe técnico que permitirá a Fucho resolver si este debe completar la indagatoria o si por la gravedad del cuadro es conveniente disponer la internación.

Escasez de datos

La escasez de datos actualizados sobre el fenómeno de los suicidios en Rosario de la Frontera se potencia con un clima de rechazo a la prensa, que dedicó una amplia cobertura a la problemática que afecta a la ciudad después de la primera y masiva marcha de repudio del 11 de junio. Un mes después de ese hito en la historia de la localidad de 25.000 habitantes, la licenciada Claudia Román Ru, secretaria de Salud Mental y Abordaje Integral de las Adicciones del Gobierno de Salta, explicó a este diario que los ministerios de Salud de la Nación y de la Provincia habían recomendado a las autoridades rosarinas que eviten hacer declaraciones a los medios de comunicación. "Nadie dirá qué decir y qué no decir, pero intentamos que el suicidio no sea visto como una salida válida, y queremos evitar que el comentario del tema produzca nuevos casos por efecto de imitación e identificación", advirtió la funcionaria en aquella oportunidad.

Pero la prevención más efectiva está sobre todo asociada a las medidas que pueden plantearse con un conocimiento adecuado de la población en riesgo. La necesidad de relevar a los casi 3.000 adolescentes rosarinos fue estudiada con profundidad en la capacitación virtual impartida por el experto en suicidología Carlos Martínez a diez profesionales (entre ellos, la médica Abán) y que concluyó antes de las vacaciones de invierno.

Sin pedidos formales
La puesta en marcha de esa iniciativa depende de que el Estado se comprometa a aportar los recursos materiales y humanos pertinentes para procesar los resultados de las encuestas. Pero Román Ru confirmó ayer que el Gobierno no recibió ningún pedido formal vinculado con ese proyecto. (Especial)