El miércoles, 24 horas después de que finalicen la elección de consejeros graduados, los estudiantes irán a las urnas. Deberán elegir tres delegados, que ocuparán los sitios reservados al alumnado en los consejos directivos de cada una de las 13 unidades académicas.

Desde ese día comenzará a vivirse una aparente calma en el ámbito de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), que durará hasta el 12 de mayo, fecha en que se elegirán los decanos y los vicedecanos de cada facultad. Se trata de la segunda etapa de la renovación total de la conducción de la UNT. Tras de esta, llega la elección de rector y vicerrector, el 18 de mayo.

Pero esa quietud no será sino artificial, ya que los operadores políticos del actual rector, Juan Alberto Cerisola, y de la vicerrectora, María Luisa Rossi de Hernández, no tendrán descanso. Las negociaciones en torno de los decanatos que no queden definidos (se precisan seis votos para ser consagrado decano en primera vuelta) serán tan duras como las pulseadas que se llevarán a cabo por el rectorado.

Pero después de la elección del rector, tampoco podrá hablarse de serenidad. Ocurre que el 21 de mayo se reunirán los consejeros directivos docentes, por un lado, los graduados, por otro, y los estudiantes, por su cuenta, para elegir sus representantes al consejo superior (el 6 de mayo habrán votado los no docentes). Cómo se integre este órgano no es un hecho menor, ya que muchos temas álgidos quedarán por discutirse.