Entre el 17 y el 18 de mayo se desarrollará en Madrid, España, la cumbre de presidentes de todos los Estados miembro de la UE, y de los países de América Latina y el Caribe. Aunque resulte un poco tarde, el Gobierno argentino decidió cambiar su discurso y de cara al Bicentenario retomar las negociaciones para cerrar una alianza estratégica con los 27 países que constituyen el bloque económico, político y cultural más importante del planeta. El encuentro podría ayudar a abrir las puertas a un importante acuerdo propiciado por España, país con el cual la Argentina tiene fuertes vínculos históricos. La Unión Europea firmó con el Mercosur en 1995 un acuerdo marco interregional de cooperación como paso previo a la firma de un acuerdo de asociación, en el que estarán reglamentados el conjunto de sus relaciones sobre diversos temas (comerciales, económicos, financieros, de agricultura, de cooperación al desarrollo, políticas, entre otros).
Transcurridos ya casi 15 años de la firma de aquel documento, sólo Brasil aprovechó gran parte del acuerdo para avanzar en su proceso de integración y de mayor intercambio comercial con el bloque europeo.
Del lado argentino, todavía no ha sido posible implementar la mayor parte de aquel acuerdo interregional, entre otros motivos por la limitada capacidad negociadora de los funcionarios argentinos para penetrar en el mercado europeo discutiendo mejoras en los aranceles, en la cuotas/cupos, en las licencias de exportación, en las reglamentaciones técnicas, entre otros tantos tópicos.
Pero finalmente pareciera ser éste, el año del Bicentenario, cuando aparece una luz de esperanza para que nuestro país concrete un acuerdo de gran envergadura con Europa que podría resultar en un importante proyecto de crecimiento para la economía argentina y de la región. La importancia de lo que está en juego en las relaciones entre los dos bloques se aprecia claramente en el volumen del negocio recíproco, con más de 80.000 millones de euros de flujos comerciales de bienes, especialmente agrícolas del Mercosur, y una balanza positiva para este bloque superior a los 15.000 millones de euros. Esto hace que la UE se posicione como el principal importador de bienes del Mercosur.
Por otra parte la UE tiene más de 140.000 millones de euros depositados en el Mercosur. La Argentina frente a tal envergadura del bloque europeo, debería llevarla a lograr un acuerdo de asociación para abrir interesantes oportunidades de negocios, sobre todo en aquellos que están más protegidos.

Proteccionismo
El diario "La Nación" publicó el domingo pasado que la UE es el segundo destino de las exportaciones argentinas. De la Unión proviene más de la mitad de las inversiones extranjeras que llegan al país. Los 27 socios europeos, con sus 500 millones de habitantes, suman el mayor PBI del mundo, aunque su economía está estancada y ninguno de ellos supera a China. Sin embargo, en los productos que la Argentina vende más a la UE, los agrícolas, el bloque europeo es muy proteccionista, no obstante es mucho más liberal que EEUU. Además, no hay que olvidar que la UE reparte subsidios por 55.000 millones de euros anuales (casi todo el presupuesto anual del Gobierno argentino).
Por otro lado es cierto que la Argentina restringe las exportaciones de carne, trigo y maíz con el argumento de evitar subas de precios internos, hechos incongruentes que quitan fuerza a un reclamo argentino de mayor libertad del comercio agropecuario. "No obstante está claro que nada está claro", ya que dentro del mismo bloque de la UE hay países como Francia en donde sus agricultores se resisten a cualquier acuerdo en donde puedan perder parte de sus contratos y de competitividad comercial frente al Mercosur., sostiene el diario porteño.
España convenció a la Argentina, que preside este semestre el Mercosur, de que el acuerdo no la perjudicará. En la Cancillería argentina admiten un cambio por motivos políticos. La nueva predisposición del Mercosur de abrirse a la UE quedó patente en una reunión técnica birregional de marzo en Buenos Aires. El 26 y el 27 de abril las partes se reencontrarán en Bruselas para que responda Europa. No hay dudas que en la actualidad la UE está más dispuesta a ceder.
Los funcionarios argentinos tendrán que tener muy en claro que es necesario consensuar acuerdos con equilibrio con su contraparte, ya que ambos bloques aportan un poco de sí para que la negociación sea beneficiosa tanto para la UE como para la Argentina.