Por Luis Mario Sueldo, Redacción LA GACETA.


Fueron dos referentes grossos de aquellas épocas doradas de Atlético. Cuando el "decano" se adueñó de un torneo nacional de clubes, por ejemplo, o cuando estiró a ocho una serie consecutiva de títulos federacionistas (entre 1957 y 1964). Martín Roberto "Lagoria" Canseco (71 años) y Miguel Angel "Tanque" Muñoz (68), no fueron exquisitos con el balón, pero brindaron enormes alegrías a la legión de seguidores de la casaca albiceleste con su presencia en las redes rivales. Además, tuvieron como compañeros a talentos de la talla de Graneros, de Tejerina, de Villalba, de Albrecht y de Juanito Martínez, entre otros, para asimilar la tónica de jugar "de memoria".
"A mí Muñoz me lleva tres años, pero en el pique aún hoy le saco, fácil, tres metros de ventaja", dice Canseco, y el "Tanque" comparte el chascarrillo. Ambos son tucumanos (Canseco nació en San José y Muñoz a tres cuadras del Monumental) y, curiosamente, los dos se iniciaron como "8" ("insais" derechos, se los llamaba). Canseco se colocó de "7" cuando Tejerina le sugirió que se moviera por un andarivel en que su carrera decidida, rápida y profunda, tuviera mayor producción. Muñoz, con su empuje arrollador, se adaptó rápidamente de "9" por la orientación de don Roberto Santillán, un formador de cracks. "Cómo aprendimos cosas de este hombre", recuerda Canseco, que fue pelador de caña, obrero de la construcción y empleado en los talleres de Tafí Viejo.
Muñoz, que se jubiló en Agua y Energía, también pasó por Estudiantes de La Plata, Cerro de Montevideo y Jorge Newbery de la ex Liga del Sud. Su labor en los terrenos de juego no superó los 10 años por un problema severo de meniscos. Canseco, en tanto, estiró a 16 años su actividad y fue clave en ese Argentinos Juniors del 60, que no fue campeón por esas cosas extrañas del fútbol, con una delantera que dio que hablar con él, de "wing" diestro, Pando, Carceo, Hugo González y Sciarra. También fue llamado para la Selección, en 1961, para las Eliminatorias. Canseco y Muñoz , además, participaron de un partido de Atlético con la Selección, en Huracán, que terminó con un justo 2 a 2. "Para mí, el Beto Menéndez fue el mejor en mi puesto", dice Muñoz, que debutó en Primera a los 17 años. "Omar Corbata fue lo más grande como puntero derecho", agrega Canseco. Y coinciden en que Nai Foino -el del recordado Boca-River del 62 ("penal bien pateado es gol")- fue el árbitro más completo que vieron en el país.
En febrero de 1960, Atlético Tucumán se coronó en el primer certamen de campeones argentinos, con representantes de Mar del Plata, Tandil, Bahía Blanca, Necochea, Mendoza, Chaco y La Rioja, entre otros. Los "decas" alcanzaron la consagración en la cancha de El Nacional, en Tres Arroyos, al doblegar por penales a El Quequén (el partido había terminado 1 a 1, con alargue incluido, con goles de Albrecht y de Villar). El entonces gobernador Celestino Gelsi viajó para darle una motivación extra al equipo y dispuso que el plantel regresara en avión a Tucumán.
El partido fue trabado y nervioso. Incluso, Atlético -que físicamente llegó mejor preparado- dio el handicap de jugar el complemento con 10 hombres (se había lesionado Hugo Ginel y en ese entonces no había cambios). En la definición desde el punto del penal, Canseco marcó los cinco remates y Ochoa, de El Quequén, erró uno. "En el tercer disparo, la pelota pegó en un poste, recorrió la línea y entró pegada al otro parante. Me tiré hacia atrás con extrasístoles y no me desnuqué porque me agarró Graneros", recuerda "Lagoria". Atlético alistó a Gregorio García; Gutiérrez, Ginel; Amaya, Graneros, Albrecht; Canseco, Tejerina, Muñoz, Ortega (fue de refuerzo) y Castillo.