En las canchas auxiliares del complejo "Natalio Mirkin", lejos de los focos del primer equipo, se construye a diario una parte clave del futuro del club. Allí trabaja desde hace cuatro años Walter Daniel Molina, más conocido en el ambiente futbolístico como “Curita”, entrenador de inferiores y una de las piezas estables del proyecto formativo.
Molina tiene 46 años, es DT recibido desde 2015 y actualmente está al frente de la categoría 2009, una división que viene marcando el pulso competitivo del club en los últimos tiempos, con resultados y una identidad clara.
El cuerpo técnico está conformado por una dupla de entrenadores, integrada por el propio Molina junto a Walter Meija, mientras que la preparación física está a cargo de Pablo Palavecino. Un trabajo conjunto que, según el DT, es clave para sostener el rendimiento.
“Hacemos todo en conjunto, planificamos cada semana y dividimos tareas para que los chicos tengan una formación integral”, explicó.
Desde su llegada al club, Molina estuvo siempre ligado a la misma categoría. Los primeros dos años fueron en infantiles, cuando el trabajo se organizaba en bloques. En 2024, la 2009 pasó a formar parte de inferiores, con un plantel de alrededor de 40 chicos, y el cierre fue ideal: logró el título. En tanto, en este 2025 el desafío se duplicó.
“Este año trabajamos con dos planteles: bloque A y B. Con el bloque B quedamos afuera en cuartos de final, y con el bloque A logramos el bicampeonato”, detalló.
La regularidad y el invicto no son casualidad. Molina lo resume en una palabra que se repite en cada respuesta: trabajo. “Siempre estamos corrigiendo y mejorando cosas que pasan en cada partido. Eso nos permite preparar mejor la semana y llegar con mayor concentración a cada encuentro”.
La rutina diaria también está claramente establecida. De lunes a viernes, entre las 16 y las 18, los entrenamientos se desarrollan con planificación previa: gimnasio bajo la conducción del PF y tareas de campo divididas entre los entrenadores. Pero no todo pasa por lo futbolístico. “Siempre tratamos de inculcar valores para que nada los desvíe del camino; que estudien y que se cuiden; todo va de la mano. Para esta carrera hay que estar bien preparado, dentro y fuera de la cancha”, resumió.
Un grupo humano ideal para conseguir grandes cosas
Cuando define a la categoría 2009, Molina no duda en poner el acento en lo humano antes que en lo táctico. “Es un grupo con respeto, humildad, sacrificio y compañerismo. Tienen actitud, perseverancia y hambre de gloria. Ganas de progresar y seguir creciendo. Estamos muy orgullosos del plantel que tenemos”, afirmó.
La participación en el torneo Regional también fue un punto de crecimiento. “Nos ayudó mucho competir contra otros rivales, con otro nivel. Era un desafío importante y estuvimos a la altura”, valoró.
Con la mirada puesta en el futuro, Molina no se detiene en lo ya conseguido. El 2026 aparece como un nuevo objetivo en el horizonte. “La idea es seguir creciendo, avanzando, asumir nuevos desafíos y mantener el camino que venimos recorriendo. Y, ojalá, poder jugar el torneo de AFA, que es el deseo de todos”, anheló.
En un fútbol cada vez más vertiginoso, el trabajo de Molina y su cuerpo técnico confirma que los procesos, la constancia y los valores siguen siendo la base del desarrollo, incluso cuando los resultados acompañan. (Producción periodística: Carlos Oardi)