Anoche, Tucumán volvió a encontrarse con una de las sociedades musicales más queridas del país. El dúo Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto actuó ante una multitud que colmó el predio del parque universitario Julio Prebisch, ubicado en Yerba Buena. Después de 25 años, este fue el reencuentro de los artistas con la Orquesta Juvenil de la UNT.
El concierto comenzó pasadas las 21 y se realizó un día antes de lo previsto. Cerca de 2.000 sillas estuvieron ocupadas y cientos de personas eligieron sentarse en el piso para no perderse detalle de una noche que combinó emoción, memoria y compromiso solidario.
Un regreso esperado
Los músicos fueron ovacionados desde su salida a escena. La propuesta, que hizo bailar y emocionar a los tucumanos, formó parte del Megaconcierto Solidario de Navidad que se realizó en el parque universitario ubicado en el boulevard San Luis y camino de sirga.
No se pagó entrada. Los asistentes tenían que llevar un alimento no perecedero que fue entregado a Cáritas y a la Fundación León. Unos 50 voluntarios recorrieron el predio para recolectar las donaciones, mientras cientos de tucumanos se acercaron para acompañar la propuesta.
La música en escena
La orquesta invitada, Rolando Chivo Valladares, bajo la dirección de Rony López, fue la encargada de abrir el espectáculo. Interpretaron “Mirta de regreso”, “Dios y el Diablo en el Taller” e “Historia de Mate Cocido”. Luego ingresaron los artistas principales con “Canción de Alicia en el País” y “Par mil”, seguido por “Jugo de tomate”, popularizada por Manal en 1970. Continuaron con “Parado” y “Qué he sacado con quererte”.
El repertorio avanzó con “El surco”, “Libertango” y “Muerte del Ángel”. A las 21.55, Vitale anunció: “ahora vienen tres tanguitos”, y el público respondió con un aplauso cerrado. Sonó “Renaceré”, de Astor Piazzolla con letra de Horacio Ferrer. Antes de iniciar la segunda pieza, “Naranjo en flor”, Baglietto recordó que el primer tango que grabaron juntos fue hace ya 34 años.
Luego compartió una reflexión que encontró eco en la platea: “nuestros viejos intentaban, cuando éramos chicos, meternos bajo la piel esa música que hoy reconocemos como maravillosa. Había una edad en la que todo lo que tuviera que ver con cosas de los mayores parecía estar mal. El tiempo pasa de manera inexorable y, así como uno se reconcilia con los afectos familiares, también se reconcilia con esa música”. Luego, agregó: “llega un día en el que uno descubre que, en realidad, nuestros viejos sí ganaron la batalla y que habían logrado dejarnos sembrada esa música tan valiosa. Entonces pasamos de sentir vergüenza porque nos relacionen con ellos a sentir un profundo orgullo por tener algo más en común. Así como sucede con la música, también ocurre con muchas otras cosas que el tiempo termina poniendo en su lugar”. Esa presentación dio lugar a “Nada”, de Julio Sosa.
Homenajes y cierre
Diez minutos después, los músicos recibieron presentes que fueron entregados por parte de la UNT. El siguiente bloque estuvo dedicado a un gran artista del folclore argentino. “Tenemos un referente del cancionero criollo, el señor Atahualpa Yupanqui”, anunciaron antes de interpretar “Piedra y camino”. Siguieron con “El témpano”, “Las cosas tienen movimiento” y, nuevamente, con “Jugo de tomate”, que coronó una noche con brisa fresca en Yerba Buena.
Un tucumano se dio el lujo de tocar junto a Vitale y a BagliettoLos arreglos musicales estuvieron a cargo de Lito Vitale y la orquestación de Pablo Salzman. La dirección general fue responsabilidad del maestro Gustavo Guersman, al frente de una orquesta juvenil que acompañó con solvencia y emoción una velada que quedó grabada en la memoria del público tucumano.
Visitantes ilustres
En el marco de su visita, Vitale y Baglietto recibieron el jueves la distinción de Visitantes Ilustres por parte de la UNT. El acto fue un viaje en el tiempo: los artistas recordaron sus primeras giras por Tucumán en los años de la dictadura militar.
Vitale evocó la primera vez que actuó en la provincia, como parte del proyecto Músicos Independientes Argentinos MIA. Baglietto, por su parte, rescató la mística de aquellos viajes en el tren Estrella del Norte. “Cargábamos los equipos para tocar con bandas locales como Redd; no era un sacrificio, era puro placer y amor por la música”, rememoró el cantante sobre esos años de resistencia cultural.
Baglietto y Vitale ya habían actuado hace 25 años, en el teatro Alberdi, junto a la orquesta juvenil. Ahora lo hicieron al aire libre y ante espectadores de todas las edades. Los artistas agradecieron al público de nuestra provincia y se retiraron con un aplauso que parecía interminable.