Crisis hídrica y falta de industrialización y de agregado de valor. Así definió, básicamente, los problemas crónicos del agro el ingeniero Daniel Ploper -quien ha desarrollado una extensa carrera como investigador y directivo de la Estación Experimental Agrícola- en una entrevista con LA GACETA.

El científico, considerado -como se señaló en la nota- una de las voces autorizadas para analizar el presente y los desafíos del sector agroindustrial de Tucumán, se enfocó en las claves que definen el modo en que se desenvuelve la producción en nuestra provincia y también en los mojones del desarrollo científico y las trabas para ese desarrollo, más allá de las contingencias del clima o de los avatares económicos del país.

En este sentido, señaló por un lado la paradoja hídrica en una provincia “bendecida con un régimen de lluvias” que se inunda en verano y otoño y padece la sequía en invierno y primavera, con cultivos desfallecientes y animales sin agua. Mencionó que si bien se implementaron sistemas de riego en Tafí del Valle y otras zonas, no se concretaron proyectos que hubo para el este tucumano, además de que desde hace décadas se habla de los diques que hacen falta pero nunca pasaron de proyectos. Se sabe, además, que la extensa red de canales de todo el territorio está obsoleta o destruida y sólo se utiliza un pequeño porcentaje.

El otro aspecto del que habló es la falta de industrialización y agregado de valor y en ese sentido mencionó que ha habido investigaciones para desarrollo de la sucroquímica que no se están aprovechando, así como otros productos derivados del citrus, además de aceite esencial y cáscaras deshidratadas. “En hortalizas, directamente se pierde producción que podría industrializarse: los productos se pudren cuando podrían destinarse a congelados, deshidratados u otras formas de procesamiento”, dijo.

Ciertamente, los problemas crónicos no se resuelven de la noche a la mañana, y mucho tienen que ver las idas y vueltas de una sociedad que no ha dado la estabilidad, la previsibilidad y las políticas de largo plazo que necesita esta industria, como ha señalado el científico, que agregó que el Estado tiene un rol clave en definir esas políticas. Además, dijo, “es fundamental que exista acuerdo político en torno a estos planes, de modo que no sufran interrupciones”.

Conviene atender esta mirada superadora de la contingencia, pues al mismo tiempo que se ha trazado un panorama del devenir de la industria y del acompañamiento que han tenido las investigaciones -en este sentido, se está discutiendo ahora si se va a dar pago de regalías por las semillas- se plantean las discusiones que deben darse en el marco de esas políticas. Es decir, que se pueda coordinar los intereses de los diferentes sectores de la agroindustria, que muchas veces parecen quedar librados a la ley de la selva (con el agua, por ejemplo), en el marco de un Estado que, como señaló Ploper, debe priorizar los gastos y planificar de manera adecuada.