Se acaba el año. Y Osvaldo Jaldo quiere bajar las persianas cuanto antes. Ha sido un período bueno, con diálogo abierto entre Tucumán y la Casa Rosada. No es necesario cambiar, dicen en la sede de 25 de Mayo y San Martín. Por eso, esta semana el propio gobernador, su vice, Miguel Acevedo, y el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, anunciaron que la reforma política no es prioridad, que puede esperar un tiempo más hasta que haya consenso en distintos sectores sociales y políticos. Fue una forma poco elegante de patear hacia adelante una decisión que, si fuera por el Partido Justicialista, no debería tomarse. Los acoples son el combustible esencial para un oficialismo que, con esa mecánica, se impone en el interior de la provincia, particularmente. ¿Qué intendente estará dispuesto a resignar ese motor que lo impulsa a continuar en el cargo? ¿Habrá comisionados rurales que se suban a su propia imagen para consolidar su cuota de poder? ¿Podrá, acaso, el gobernador sostener sólo con su figura un piso del 51% de acompañamiento en las urnas como sucedió el 26 de octubre? Las respuestas son múltiples, pero el fin es el mismo: el status quo favorece.

El mandatario consolidó el aplazamiento de no cambiar, por ahora, el esquema electoral cuando, a principios de mes, el presidente de la filial Tucumán de La Libertad Avanza (LLA), Lisandro Catalán, lo visitó en Casa de Gobierno. En la oportunidad, el ex ministro del Interior le sugirió limitar al máximo los acoples para el próximo turno electoral, y que Tucumán fortalezca el uso de la Boleta Única de Papel. El propio Catalán le dio el argumento para que la iniciativa baje varios cambios: la firma de un documento ante escribano público, en la que los libertarios, en presencia de radicales, renuncian al sistema de acoples y a las dobles candidaturas. Además, instaron a que otras fuerzas se pronuncien en tal sentido. Aquel día, entre los jaldistas se planteó, irónicamente, el siguiente comentario: “si ellos renuncian, ¿qué sentido tiene de que nosotros lo hagamos, porque tomaron una determinación unilateral, sin consenso?”

El Frente Tucumán Primero se impuso con el sistema de Boleta Única, pero tuvo que resignar una banca que, antes de los comicios, estaba muy cerca de captarla, en desmedro de la oposición. La visita previa del presidente Javier Milei a Yerba Buena funcionó como un pulmotor para las aspiraciones libertarias que, en definitiva, terminó por colocar dos diputados propios en el Congreso. El trabajo territorial del peronismo no fue suficiente para alcanzar el objetivo. Esa es aún una de las espinas que tiene clavada el propio Jaldo.

Frente a esta realidad, el tranqueño no está dispuesto a seguirle el juego político a LLA. Su análisis es muy claro: primero fueron contra las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO); luego avanzaron con la Boleta Única. Y ahora impulsan la eliminación de los frentes electorales para las elecciones de 2027. Todo eso, al oficialismo local le hace ruidos, tomando en cuenta que su coalición está compuesta por, al menos, 11 partidos. “Hay que esperar; no puedo achicar los acoples, porque es implicaría problemas en varias jurisdicciones. Somos frentistas por naturaleza”, indica Jaldo cada vez que toca el tema con sus colaboradores.

¿Cuál es el verdadero argumento para que la reforma política se tome vacaciones? La consolidación del poder político de Milei y la resignación del Partido Justicialista de navegar a la deriva. Jaldo piensa que tendrá que bancarse solo los embates violetas futuros, si es que el partido al que pertenece no asume liderazgos en la discusión política nacional. Su esquema de trabajo en la gestión de cuatro años es el siguiente:

• El primer año de mandato ha sido para realizar los ajustes.

• El segundo para dialogar, más allá de la confrontación electoral.

• El tercero para consolidar la relación institucional con Milei, con el fin de que la Nación cumpla las promesas efectuadas a la Provincia.

•El cuarto año, finalmente, será de confrontación pura, ya que se decide si hay continuidad o recambio a nivel nacional y también en la provincia.

El Presidente, a su vez, ha dado muestra de que está dispuesto a acompañar institucionalmente a aquellos aliados extrapartidarios que acompañen sus iniciativas. Jaldo, en ese aspecto, ha logrado que el jefe de Estado autorizada el giro de $ 20.000 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN), siendo el gobernador más beneficiado por el poder central.  Tras el encuentro en Buenos Aires entre Jaldo y el ministro del Interior, Diego Santilli, el mensaje que la Casa Rosada le envió al resto de los gobernadores fue contundente:habrá discrecionalidad con aquellos que colaboren con las iniciativas oficialistas. Pero eso no fue todo. La administración central también le refinanció a Tucumán una deuda que mantiene con el Banco Nación. Y el “Papá Noel libertario” tenía más sorpresas en la bolsa de obsequios: la Nación le pagará a la provincia, en cuotas, la deuda que el PAMI y la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) mantienen por la atención de los beneficiarios de la obra social de los jubilados y por otras compensaciones financieras. Eso implica la friolera de $ 100.000 millones.

Con ese dinero, en cierta medida, el Poder Ejecutivo provincial podrá compensar la caída de ingresos y que, solo en noviembre, significó unos $ 9.000 millones menos de fondos coparticipables, debido a la caída de la actividad económica. Paralelamente, se aseguró algo que otros mandatarios no pueden exhibir en la actualidad: liquidez financiera. La gestión del misionero Hugo Passalacqua es un claro ejemplo de los problemas que se avecinan: tuvo que postergar para él y para sus colaboradores el pago del medio aguinaldo, porque los números fiscales no le cierran.

Cambia el año, pero no se modifica, por ahora, el gabinete local. Cae la recaudación pero, por ahora, habrá compensación federal. Cambia el enfoque para hacer política, pero -por ahora- no el régimen electoral. Después de un 2025 duro en materia económica, el gobernador sabe que no puede prescindir de la ayuda del Presidente. Hay diálogo entre ambos, aunque no con los propios. En los últimos días, el mandatario provincial recibió no menos de 15 llamadas telefónicas, con el fin de que no avale proyecto reformista alguno. Pero en el PJ, el partido que lo hizo gobernador, no hay liderazgos. La última encuesta de Zuban, Córdoba y Asociados marca una paradoja. El 51% de los consultados por esa consultora desaprueba la gestión de Milei, mientras que el 53,1% contesta que “el peronismo ya no representa el mapa social argentino. Al abrir ese sondeo, no sólo los que comulgan con los libertarios consideran que esa consigna es real, sino también el 55% de los independientes.

Ante este escenario, y con los resultados del 26 de octubre (radicales y republicanos no llegaron a los dos dígitos de acompañamiento), hay algo que Jaldo vislumbra como posible escenario: una polarización con La Libertad Avanza en la provincia. Ese diagnóstico puede acelerar definiciones propias, de continuidad o de renovación. Se trata de una decisión tan política como personal que, en gran medida, dependerá también de Milei y su relación con los argentinos.