A pocos días de la Navidad, la ciudad ya respira clima festivo. En una recorrida de LA GACETA por la plaza Urquiza y calles aledañas, tucumanos y tucumanas compartieron cómo vivirán la Nochebuena y, sobre todo, qué comidas consideran infaltables en la mesa del 24 a la noche.
Aunque las respuestas fueron variadas, hubo coincidencias claras. Las tortas heladas y los postres aparecen como protagonistas indiscutidos. “Para mí, lo que no puede faltar es el postre”, contó Miriam, quien pasará la Navidad junto a su nieta y su bisnieto.
En el rubro salado, el lechón, el pernil de cerdo, el pollo relleno y los clásicos sánguches de miga encabezan la lista. También hubo lugar para sabores bien tucumanos y familiares: pizza casera, keppe, copetín, vitel toné -que genera amores y rechazos- y, para brindar, sidra, vino o una cerveza bien fría.
“El turrón y la sidra no pueden faltar”, resumió Gabriel, de 27 años, quien destacó la importancia de compartir la Nochebuena en familia. Sin embargo,,Más allá del menú, en cada testimonio apareció un denominador común: la Navidad como momento de encuentro.
Muchos coincidieron en que, a diferencia de otras épocas, hoy las reuniones suelen ser más pequeñas, pero igual de significativas. “Siempre la pasamos en familia, no noto grandes diferencias con las Navidades de antes”, señaló una vecina, mientras otra remarcó el valor de agradecer “todo lo que hay en la mesa”.
Los más jóvenes, en tanto, dejaron un mensaje que invita a la reflexión; y es priorizar el tiempo con la familia por sobre la salida nocturna. “Después uno se da cuenta de lo importante que era estar”, dijo uno de los entrevistados al recordar a los seres queridos que ya no están.
Así, entre platos tradicionales, gustos personales y recuerdos compartidos, la mesa navideña tucumana vuelve a armarse como cada año.