Gabriel Batistuta volvió a encender la ilusión argentina en la antesala del sorteo del Mundial de Norteamérica 2026. En una entrevista, el exdelantero fue contundente: para él, Argentina volverá a jugar la final y, además, llega “mejor que en Catar”.

“En este momento, es de lo mejor. Los chicos saben a qué juegan y están relajados porque saben lo que es ganar. Estoy convencido de que se juega la final otra vez”, afirmó el exdelantero, convencido del nivel que muestra el equipo de Lionel Scaloni y de la madurez competitiva que construyó tras la conquista de 2022.

Consultado por el presente de los delanteros, Batistuta evitó elegir entre Lautaro Martínez y Julián Álvarez. Los puso al mismo nivel y consideró que su rendimiento representa un “lindo problema” para Scaloni. “Me encantan ambos. Es un lindo problema que tiene Scaloni y no sé cómo hará para elegirlo. Los dos juegan, meten goles, presionan, aguantan la pelota y gambetean. No veo diferencias. Además, los dos son líderes en los equipos en los que juegan y solos ponen en dificultad a la defensa adversaria. Probablemente podrían jugar juntos, pero habría que preguntarle a ellos”, analizó.

También se refirió a Lionel Messi y no dudó en proyectarlo en plenitud para 2026. Batistuta aseguró que incluso el contexto de la MLS podría ayudarlo en su preparación. “El Mundial dura un mes y te llena de energía y de ganas. Incluso él se puede preparar mejor que los que están en Europa porque la MLS es más distendida. Lo veo al máximo”, destacó.

Fuera del análisis futbolístico, recordó una anécdota de sus inicios en Newell’s, cuando Marcelo Bielsa le impuso una dieta estricta porque había llegado con “kilos de más”, alcanzando los 89 kilos a los 18 años y quedando prohibidos los alfajores. Además, contó que se encuentra plenamente recuperado tras operarse los tobillos en Suiza, donde le colocaron una prótesis en cada pierna: un procedimiento que, según él mismo aseguró, “le salvó la vida” y hoy le permite caminar, jugar al pádel y practicar golf.

Con su mirada de histórico y su convicción intacta, Batistuta revivió el entusiasmo: para él, Argentina está lista para soñar otra vez.