En un contexto de bolsillos ajustados y gastos que no dan respiro, cada vez más usuarios recurren al pago mínimo de la tarjeta de crédito para “pasar el mes”. Pero esa aparente salida de emergencia es, en realidad, la puerta de entrada a una deuda que crece sin freno.
Pagar solo el mínimo no reduce el capital adeudado, genera intereses altísimos y, además, reduce automáticamente el límite de compra disponible para el mes siguiente.
Un alivio momentáneo que se transforma en trampa
El pago mínimo suele representar alrededor del 5% del resumen. Es decir: no cancela ni un peso de lo que realmente se compró.
Ejemplo concreto:
Compra total del mes: $100.000
Pago mínimo: $5.000
Capital que se reduce: $0
A partir de ahí, comienza a correr un interés que, en promedio, ronda el 63% mensual. El resultado es una “bola de nieve” que se hace cada vez más difícil de controlar.
El efecto oculto del que casi nadie habla
Además del costo financiero, existe una consecuencia que muchos desconocen:
si no se paga el total del resumen, el banco reduce el límite de crédito disponible.
Esto significa menos capacidad de compra al mes siguiente, incluso aunque el usuario haya cumplido con el pago mínimo exigido. En la práctica, la tarjeta se vuelve menos útil justo cuando más se la necesita.
¿Qué hacer para evitar caer en la trampa?
Especialistas en finanzas personales recomiendan:
1. Priorizar el pago total del resumen
Es la única forma de evitar intereses y preservar el límite de crédito.
2. Si no se llega, buscar una opción intermedia
Una alternativa posible es tomar un crédito personal para cancelar la tarjeta en su totalidad.
El costo financiero suele ser más bajo que el de la tarjeta, pero requiere un requisito clave:
pagar el préstamo sin atrasos.
Si eso no ocurre, el problema se transforma en dos deudas en lugar de una.
3. No financiar consumos corrientes con la tarjeta
La recomendación es reservarla para compras puntuales o planificadas, no para cubrir gastos fijos que deberían afrontarse con ingresos mensuales.
El pago mínimo parece un salvavidas, pero suele convertirse en un ancla. Entender cómo funciona la deuda de tarjeta de crédito es la primera defensa para evitar quedar atrapado en un laberinto financiero donde cada mes se paga más… y se debe todavía más.