La aceleración del precio de varios productos que integran la canasta básica, como la carne y los lácteos, impactó con más fuerza en el décimo mes del año. Por ejemplo, ahora una familia tipo tucumana (matrimonio con dos hijos pequeños) tiene que reunir poco más de $ 1 millón mensual para no caer en situación de pobreza (son los ingresos para costear una Canasta Básica Total, es decir, para alimentarse y atender los gastos mínimos en salud, educación y transporte). Y si quiere zafar de la indigencia, tendrá que reunir $ 485.919 mensuales sólo para comer. Ese es el valor actualizado de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).

Según el informe de la Dirección de Estadística de la Provincia,  la variación mensual de la CBA con respecto a septiembre fue de 1,9%, y la de la CBT fue de 2,1%. En lo que va del año, ambas canastas se reajustaron en torno de un 21%. Respecto del mismo mes del año anterior, fue de 24,8% y 24% respectivamente.

Si bien Alimentos y bebidas es considerado un rubro “inelástico” porque se trata de bienes de primera necesidad, imprescindibles para la supervivencia humana y que, difícilmente su consumo se ajuste por precios, sus ventas mostraron una caída de 1% en relación a octubre del año pasado, de acuerdo con el relevamiento que realiza la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en todo el país. Pese a que el mes pasado registró una mejora mensual de 3,5%, vale tener en cuenta que fue la primera del año, lo que deja en evidencia lo retraído que está el consumo de las familias que, hasta deben restringir la demanda de lo básico para la subsistencia.

Sucede que la persistente suba de los precios ha masificado la fragilidad del bolsillo de los argentinos. “Durante octubre, las ventas del rubro estuvieron afectadas por la falta de liquidez y el bajo poder adquisitivo de los consumidores, en un contexto donde los bienes del hogar no fueron prioridad de gasto. La incertidumbre electoral y las elevadas tasas de financiación limitaron las compras con tarjeta, mientras que las promociones y descuentos en efectivo no lograron generar una mejora sostenida”, indicaron los dirigentes de CAME al explicar los resultados del observatorio.

De acuerdo con la Fundación Colsecor, la Canasta de alimentos y bebidas que determina la indigencia o no de un hogar mostró en octubre un incremento promedio de 0,8% respecto de septiembre, en las 29 localidades de siete provincias argentinas. Con esta suba, el costo promedio de ese grupo de alimentos y bebidas evidenció un incremento del 19,1% acumulado en el año, en tanto que la diferencia con octubre del año pasado fue de 21,4%.

El relevamiento de la Fundación Colsecor refleja además el valor nominal de la Canasta Alimentaria según la composición del hogar, en las localidades del interior.

De esta manera, un adulto mayor que vive solo requirió $ 159.852 para no ser indigente, en tanto que una familia compuesta por dos adultos mayores necesitó en octubre de al menos $ 239.778, mes en el que la jubilación mínima nacional fue de $ 326.266.

Por su parte, un hogar de tres integrantes precisó $ 393.236, uno integrado por dos adultos y dos menores en edad escolar necesitó $ 493.942, y uno de cinco en el que habitan tres menores requirió $ 519.519.