El último bloque de la Segunda Jornada Anual de Caña de Azúcar, organizada por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), estuvo dedicado a la sostenibilidad, un tema cada vez más relevante para el desarrollo del sector.
En este espacio se presentaron experiencias y avances técnicos vinculados con la sostenibilidad ambiental, la economía circular y las buenas prácticas agrícolas, a través de la charla del Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia (Cenicaña): “Ciencia e Innovación para la Sostenibilidad”.
Las colombianas Lina Arévalo y Sandra Lorena Alarcón, de Cenicaña, ofrecieron la conferencia titulada “La ciencia que impulsa a la agroindustria sostenible”. Durante su exposición, presentaron una visión integral del sector cañero y del papel que cumple su organización para acelerar la transición hacia la sostenibilidad.
La charla comenzó con el contexto de la agroindustria en Colombia, su ubicación, la distribución de las plantas procesadoras y la cadena de valor que nace en el cultivo de la caña de azúcar y se extiende a una amplia gama de productos y subproductos. Este panorama permitió dimensionar el volumen de producción, la diversidad de usos y la necesidad de innovar para responder a retos ambientales, de productividad y de competitividad.
Las especialistas explicaron el origen de Cenicaña, su misión y los desafíos estratégicos que comparten con la agroindustria: aumentar la eficiencia del uso de recursos, ser resilientes a la variabilidad climática y operacional, y generar valor con criterios ambientales y sociales claros.
Presentaron de forma general cómo está conformada el Centro, destacando equipos interdisciplinarios y la articulación con aliados del sector. Además, mostraron evidencia del impacto alcanzado en productividad, donde la investigación aplicada, la asistencia técnica y la analítica de datos han contribuido a mejorar rendimientos, estabilizar procesos y orientar decisiones de inversión.
Un eje central de la presentación fueron las redes tecnológicas que soportan estas mejoras, como la red meteorológica automatizada, la Internet de las Cosas (IoT) y la red de cuencas hidrográficas. Subrayaron que esta infraestructura de monitoreo convierte datos en conocimiento accionable y posibilitan la agricultura específica por sitio, enfoque rector de todo lo que hacen: ajustar manejos a la variabilidad del suelo, el clima y la planta, con precisión espacial y temporal.
Sobre herramientas y desarrollos, mostraron el geoportal, Gotas y la aplicación Ceniclima, que acercan información climática, de suelos y de manejo a productores y técnicos. Complementaron con los programas de transferencia de tecnología que aceleran la adopción en campo y con las iniciativas que vienen fortaleciendo en biodiversidad, integrando conservación y productividad.
La industria
En el frente industrial, presentaron avances en procesos de fábrica orientados a la transformación eficiente de la caña, la cogeneración de energía, la diversificación de productos y la sostenibilidad operativa. Resaltaron plataformas como Datacane, que habilitan modelos de predicción en tiempo real a partir de datos industriales para anticipar escenarios y optimizar decisiones.
Abordaron también métricas clave de desempeño ambiental: la huella de carbono, el análisis de ciclo de vida y la huella hídrica de la producción de caña de azúcar y bioetanol, pilares para reportar, comparar y mejorar.
Las referentes colombianas cerraron con un inventario de productos y subproductos derivados de la caña y una mirada a nuevas oportunidades, entre ellas el potencial del biometano, que integra economía circular, descarbonización y seguridad energética.
En suma, la presentación mostró cómo Cenicaña articula ciencia, datos y colaboración sectorial para transformar información en impacto y consolidar una agroindustria más productiva, resiliente y sostenible.