En los últimos siete días, los sectores mayoritarios de la oposición tucumana tuvieron dos cimbronazos. La buena performance que La Libertad Avanza (LLA) tuvo el domingo en la jurisdicción y el emerger de su armador, Lisandro Catalán, como una figura de proyección para las elecciones provinciales del 2027. Ese fue el primer movimiento fuerte. El segundo fue la renuncia del mismo Catalán, el viernes por la noche, al ministerio del Interior de la Nación.
Ambos hechos generaron múltiples lecturas en el escenario local y serán un tema de análisis para lo que viene.
Cuando todos comenzaban a procesar el nuevo orden opositor, se produjo el cambio nacional. El alejamiento del tucumano, a 46 días de haber asumido esa cartera, estaba entre los posibles cambios que se mencionaban desde hace algunas semanas. La noticia, sin embargo, generó revuelo en los sectores de todo el espectro político.
La salida
La figura de Catalán había comenzado a cimentarse en la jurisdicción durante la campaña, que lo mantuvo con un pie en la provincia, y con los resultados positivos en las urnas. LLA, un partido nuevo pero con el respaldo del Presidente, consiguió el segundo lugar con 365.024 votos (por encima se ubicó el Frente Tucumán Primero, con 526.249, y por debajo Unidos por Tucumán, con 84.085).
La mayoría de las encuestas previas al domingo mostraban tendencias que oscilaban entre el 3-1 (para el PJ y LLA) o el 2-1-1 (dos para el PJ, una para LLA y una para Unidos por Tucumán).
La cosecha de dos bancas, de Federico Pelli y Soledad Molinuevo, que se suman a la que ocupa Gerardo Huesen, ubica a Catalán como un dirigente al que responden tres diputados en la Cámara baja. Una suma nada despreciable.
Además, el sitio que ocupaba en el gabinete nacional lo había reposicionado como una figura clave en la relación con los mandatarios provinciales, fundamental para la gobernabilidad y la construcción del poder. Estaba familiarizado con las tareas porque había sido vicejefe de Gabinete del Interior, pero el ministerio le daba otro estatus dentro y fuera del espacio.
El funcionario comenzó y terminó su breve gestión en la cartera en reuniones con gobernadores.
La suerte de Catalán estaba virtualmente atada a la del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, una especie de padre político del tucumano. Con el paso al costado del primero, su decisión era esperable, por la lealtad y vínculo que los une. Francos era su principal promotor y respaldo en la Rosada, más allá de las buenas relaciones que forjó puertas adentro de LLA.
Pese a que se venía hablando de la salida de Francos, no había precisión sobre Catalán. Las dimisiones fueron relativamente sorpresivas, por la hora y el día.
Los medios nacionales y la dirigencia libertaria local explican la renuncia de Fancos como una consecuencia de las internas en la mesa chica del poder. La puja entre Santiago Caputo, que ingresaría al Gabinete, y Francos habría sido un motivo. Ante las versiones de un posible reemplazo, el Jefe de Gabinete tomó la decisión. Luego, su reemplazante Manuel Adorni habló de ciclo cumplido. Prácticamente la totalidad de las figuras moradas, sin embargo, resaltaron la figura de Francos, le agradecieron y lamentaron en sus redes sociales su definición.
Las últimas actividades de ambos habían sido horas antes. Habían estado en la reunión de Milei con los gobernadores y el mismo viernes estuvieron con el ministro de Economía, Luis Caputo, y los mandatarios de Santa Cruz y de Chubut y con intendentes, y representantes de la actividad petrolera.
El entonces ministro tenía previsto venir a la provincia y tenía actividades programadas. De hecho, hubo una conferencia que fue anunciada y suspendida el jueves.
En las huestes locales viven estas horas con incertidumbre, por lo que viene. Si bien siguen entusiasmados por el resultado electoral, hay una incógnita sobre cómo seguirá todo. Hay entusiasmo tanto en el entorno de Catalán como en su equipo tucumano. Creen que el impacto de su salida será positivo porque tendrá más tiempo de estar en Tucumán y de construir para 2027.
En la agenda ya tiene una reunión el jueves con la mesa política para trazar los tiempos venideros.
La relación con Jaldo
El lazo entre Jaldo y Catalán es bueno, de diálogo y de consulta. Los ganadores del domingo mantienen cercanía y una relación de concordia.
Se felicitaron luego de que se conocieran los resultados.
Durante la primera etapa del Gobierno, el mandatario había sido de los primeros dialoguistas, en mantener conversaciones con la Nación y en colaborar con el avance de diversos proyectos en el Congreso que eran de interés de la Rosada. Tras la pausa por la campaña y los cruces de chicanas, retomará ese rol. El gobernador había adelantado en el programa Panorama Tucumano que asistiría al encuentro de mandatarios y bromeó con que volvería a llevar la “peluca”, en relación al símbolo que grafica a Milei.
En los pasillos del poder también hay cierta incógnita sobre quién será el nuevo interlocutor y cómo incidirá en las relaciones con el Ejecutivo nacional. Al cierre de esta columna no se conocía aún el reemplazo de Catalán.
En Unidos por Tucumán
Al armado que llevó a Roberto Sánchez como principal candidato no le llevó demasiado tiempo interpretar qué pasó y por qué no alcanzaron un escaño. La suma de radicales y ex alfaristas cuenta con dirigentes de mucha experiencia que venían advirtiendo antes del domingo sobre los errores que consideraban que se estaban cometiendo.
El desafío que se habían planteado no era sencillo. Sobre todo, porque los principales capitales que tenían eran la imagen de Sánchez y la cantidad de referentes de trayectoria.
La mayoría cree que falló la estrategia general. El ir por una vía intermedia, en un escenario polarizado entre LLA y el PJ desdibujó la propuesta. A esto se sumó que las bases del discurso opositor de los ex Juntos por el Cambio fueron acaparadas por el mileísmo, que dejó poco margen al resto de la disidencia para diferenciarse. El no contar con un referente de suficiente peso, nacional o local, también desequilibró los planes. Porque tuvieron que competir contra Jaldo y contra Milei. Dicen que los recursos para hacer campaña y para el despliegue electoral tampoco abundaron.
Puertas adentro, distintas figuras consideraron que Sánchez perdió tiempo y esfuerzo al intentar demostrar que Jaldo no lo estaba fogoneando, al elegirlo como contrafigura inicialmente y criticarlo. La denuncia por la testimonial habría sido el golpe de gracia para que el gobernador eligiera pelear públicamente contra Pelli y dejar de lado a Sánchez como contrafigura.
Las distintas vertientes internas, sin embargo, ratificaron que desean seguir construyendo el espacio y subrayaron que la cantidad de votos no era la esperada pero tampoco es catastrófica. No festejaron, pero remarcaron que se ubicaron en un tercer lugar. Esto les da esperanzas para 2027.
La noticia de la salida de Catalán les dio cierta expectativa, porque afirman que esto podría debilitar el armado local. Fueron cautos sobre las implicancias de la renuncia y su repercusión en Tucumán.
En otra rama opositora, que jugó en el último tramo de la campaña, hubo cierto regodeo en la renuncia, por la distancia que mantenía el ex ministro con el diputado “con peluca” Mariano Campero. En el camperismo consideraron que se abre una posibilidad cierta de acercarse más a Milei y de abrir puertas que estaban semicerradas hacia las próximas provinciales.
Entienden en esta línea que las diferencias estaban dadas porque tanto Catalán como Campero podrían ser potenciales candidatos a la gobernación en los comicios que vienen.
En los últimos siete días, los sectores mayoritarios de la oposición tucumana sintieron cimbronazos. La salida de Catalán se sigue con atención y las consecuencias seguramente se definirán con el paso del tiempo.