La desregulación económica que impulsa el Gobierno de Javier Milei sumó una nueva consecuencia social: el derrumbe del precio del cartón que recolectan los cartoneros en todo el país. Desde que en julio del año pasado se habilitó la importación de residuos no contaminantes, el valor del kilo cayó de $300 a apenas $100, una baja del 70%.
El cartón representa entre el 60% y el 70% de todo lo que los recuperadores urbanos recolectan en las calles. La medida impactó de lleno en su principal fuente de ingreso, en un contexto en el que el Gobierno nacional autorizó a las industrias a importar bobinas de cartón y papel a precios mucho más bajos que los ofrecidos por las cooperativas locales.
“Nos están dejando sin trabajo”
Las cooperativas denuncian que la apertura indiscriminada de importaciones “rompió el mercado interno” del reciclado. Hoy, unas 12 cooperativas trabajan junto al Gobierno porteño, aunque solo Amanecer de los Cartoneros logra recuperar unas 3.000 toneladas mensuales de materiales que se salvan del relleno sanitario.
Sin embargo, la caída del precio y la pérdida de clientes llevaron al cierre de un tercio de las cooperativas, que empleaban entre 50 y 100 trabajadores cada una. “Nos cuesta cubrir la canasta básica, tenemos que recolectar siete veces más que hace dos años”, denuncian desde la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR).
Multas en la Ciudad de Buenos Aires y recorte del transporte
El panorama se agrava en la Ciudad de Buenos Aires. El jefe de Gobierno Jorge Macri eliminó el servicio de colectivos que trasladaba a diario a 3.000 recicladores urbanos desde el Conurbano bonaerense hasta la Capital, una práctica sostenida durante 18 años.
Ahora, los cartoneros deben destinar el 20% de sus ingresos al transporte, mientras el incentivo que reciben por su tarea no supera los $390.000 mensuales. Desde el Ejecutivo porteño justificaron la medida al señalar que el traslado costaba “6 mil millones de pesos anuales” y que esos fondos se redirigirán a obras de infraestructura.
Al mismo tiempo, el GCBA advirtió que multará con hasta $900.000 a quienes revuelvan contenedores en la vía pública, medida que generó un fuerte rechazo entre los recicladores. “No contaminamos: reciclamos, le ahorramos millones al Estado y cuidamos el ambiente”, replicaron desde FACCyR.
Un trabajo que sostiene el reciclado urbano
En Argentina se generan 45.000 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos (RSU), lo que equivale a más de 11 millones de toneladas anuales. El 64% de la población separa reciclables en sus hogares (en CABA, apenas el 56%), pero la verdadera estructura de recuperación la sostienen los más de 200 mil cartoneros que recorren calles, esquinas y contenedores.
El Programa BA Recicla, a cargo del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, articula la tarea de las 12 cooperativas que recolectan y clasifican materiales reciclables en los Centros Verdes. No obstante, el recorte del transporte y la caída del precio del cartón volvieron “inviable” su funcionamiento, según denunciaron las organizaciones.
Un derecho reconocido por ley
El trabajo de los recuperadores urbanos fue reconocido legalmente en 2002 por la Ley N°992, que creó la figura del recuperador y reguló el sistema de reciclado con inclusión social. Desde entonces, se aprobaron normas que ampliaron derechos y consolidaron un marco legal que hoy está en riesgo.
La Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) impulsa actualmente un plan para crear 120 sistemas municipales de reciclado con inclusión social en todo el país, con 20.000 puestos de trabajo formales y nodos regionales para el acondicionamiento y comercialización de materiales.
“Reciclamos, no contaminamos”
Mientras el Gobierno promueve la apertura de importaciones y el ajuste del gasto público, los cartoneros —que recuperan lo que otros descartan— enfrentan el desafío de trabajar más para ganar menos.
“Nosotros reciclamos, no contaminamos. Cuidamos el ambiente y generamos trabajo”, repiten desde las cooperativas. Pero el mercado, una vez más, les da la espalda.