El Encuentro Global de Infancias Trans, que estaba previsto para el 18 de octubre en Tucumán y finalmente fue cancelado, abrió el debate sobre la identidad y la sexualidad en la niñez. En este contexto, desde el psicoanálisis se recuerda que la sexualidad infantil es un proceso complejo que no debe confundirse con la sexualidad adulta. Sigmund Freud definió la sexualidad infantil como “perversa polimorfa”, expresión que no implica desviación ni juicio moral, sino que señala la multiplicidad de formas en que el niño experimenta el placer y se constituye subjetivamente. En la infancia, la genitalidad no es predominante, y el placer puede surgir de diversas zonas del cuerpo, llamadas zonas erógenas. Desde esta perspectiva, la identidad no es algo fijo ni dado desde el nacimiento, sino un proceso en construcción que requiere acompañamiento y contención. Los especialistas destacan la importancia de respetar los tiempos psíquicos, garantizando espacios de palabra y escucha, antes de tomar decisiones permanentes sobre el cuerpo o el género. Promover el bienestar de las infancias implica reconocer la complejidad de este proceso, admitiendo su singularidad y evitando intervenciones que condicionen su desarrollo antes de que puedan decidir plenamente sobre sí mismos.

Osvaldo Raúl Llapur                                      

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