Concluido su segundo mandato, Julio Argentino Roca decidió que el nuevo Presidente de la Nación sería un cuadro incondicional del Partido Autonomista Nacional. Político de larguísimo recorrido en la conformación del orden conservador, Manuel Quintana asumió para el período 1904-1910, pero nada salió de acuerdo con lo planeado. Jaqueado por una revolución impulsada por el radicalismo, por un fallido atentado anarquista y por una salud deteriorada, Quintana fue el primer mandatario -desde la sucesión presidencial inaugurada por Bartolomé Mitre- que murió en el ejercicio del cargo, en 1906. Completó el turno su vice, el cordobés José Figueroa Alcorta.
A partir de las oleadas inmigratorias, el país que marchaba hacia el Centenario sufría una veloz reconfiguración social y las grietas políticas ya se notaban en el régimen. En Tucumán, 1904 había sido un año sensible a causa de la primera gran huelga cañera. Mientras, como señalan los historiadores María Celia Bravo y Daniel Campi, la élite azucarera seguía ejerciendo un virtual monopolio sobre los cargos electivos y el aparato estatal.
La primera elección de medio término en ese período se celebró el 11 de marzo de 1906 y Tucumán renovó cinco bancas, que fueron para Miguel M. Padilla, Pedro Ruiz Huidobro, Julio M. Terán, Manuel van Gelderen y Neptalí Montenegro.
Negativa
Padilla, reconocido dirigente del Centro Azucarero, pasó a la historia el debate que mantuvo con Juan B. Terán durante la Convención Constituyente tucumana de 1907. Padilla se negaba a que la Legislatura reglamentara el trabajo de mujeres y niños en ingenios y cañaverales, mientras el fundador de la UNT defendía los derechos de los “oprimidos”.
La brillante carrera del “otro” AvellanedaRuiz Huidobro era médico; fue intendente de la capital y uno de los fundadores del Banco de la Provincia de Tucumán. Manuel van Gelderen, hermano del educador Adolfo van Gelderen, pugnó en el Congreso por conseguir los fondos para llevar el ferrocarril a San Pedro de Colalao. Y Montenegro -cordobés de nacimiento e incondicional del gobernador Lucas Córdoba- cumplió un notable desempeño en la vida pública provincial.
En la siguiente votación de medio término, el 8 de marzo de 1908, Tucumán sólo renovó dos bancas. Uno de los elegidos, José Frías Silva, renunció poco después para ser gobernador y lo reemplazó Ezequiel Gallo. El otro escaño fue para Julio López Mañan, figura trascendente de la cultura, quien renunció en marzo de 1912 y no fue reemplazado.