Terminaba el año 1987. Ese 26 de diciembre se publicó en “La Tarde” la imagen de los surtidores con sus mangueras entrecruzadas indicando la falta de combustible en varias firmas expendedoras de Tucumán. “El panorama será más crítico la próxima semana”, se anunciaba, en relación al año nuevo y a la dificultad de los tucumanos para pagar el combustible con los bonos de cancelación de deudas (Bocade).

Esta cuasimoneda, emitida desde 1985 como alternativa de financiamiento de la provincia para pagar sueldos y proveedores, dio lugar al crecimiento de un mercado local de cambio de pesos por bonos que funcionaba medianamente cuando el estado rescataba en las fechas estipuladas con los negocios.

En medio de las caídas de la economía, atravesó varias crisis que se notaban cada tanto en las estaciones de servicio las cuales solían rechazar las tarjetas de crédito o los bonos.

Recuerdos fotográficos: 2005. Patinaje de riesgo en la derruida confitería del Lago

Hubo problemas ese año, en diciembre de 1999, en mayo - junio de 2002 -cuando se cobraba un sobreprecio del 15% para los que pagaban con bonos- y en abril de 2003, cuando se recibían estos papeles al 90% de su valor.

En este último año hubo un tiempo de fuerte incertidumbre porque con ayuda de la Nación la Provincia pudo rescatar los bonos pero en esa transición las estaciones de servicio fueron reacias a recibir esos “papeles pintados” hasta que salieron definitivamente de circulación.