Alta tensión a ocho bandas (o en ocho canchas). La definición en la Zona A de este sábado respondió a las expectativas. Con todo definido en la cima y la lucha por evitar el descenso que a la postre decantó en favor de Almagro, gran parte de la atención se fijó en los partidos que definían los puestos tres a ocho de cara al reducido por el segundo ascenso que inicia el próximo fin de semana.

En ese contexto, los hinchas de San Martín vieron cómo su equipo pasaba por toda clase de situaciones (en realidad, posiciones) en espacio de apenas dos horas.

De arranque, y mientras el equipo de Mariano Campodónico no daba “pie con bola” frente a San Miguel, por obra de magia de otros resultados pasó de la séptima colocación a la quinta, gentileza de las derrotas parciales de Gimnasia y Tiro y de Patronato. Todavía no le bastaba para definir de local y tener ventaja deportiva, pero el cuarto puesto estaba al alcance de su mano: necesitaba de un gol propio en el estadio Malvinas Argentinas.

Sucedió lo contrario: el primero de los dos goles de Agustín Lavezzi catapultó a San Miguel a su anhelado tercer puesto y sus hinchas armaron una fiesta. Mientras tanto, los salteños primero igualaban y luego daban vuelta la historia en Córdoba ante Racing.

Ahora, el “Santo Tucumano” volvía al séptimo lugar y se corporizaba la amenaza de caer al octavo puesto (si Deportivo Maipú se ponía en ventaja frente a Atlanta) y como “castigo” consiguiente se quedaría fuera de la próxima Copa Argentina.

Afortunadamente, los muchachos de Campodónico ensayaron una reacción en el complemento. Y con el empate de Juan Cuevas volvieron al sexto lugar. Ahora, los hinchas del “Trueno Verde”, que caían al quinto lugar, eran los que estaban mudos.

Cuatro minutos más tarde, otra vuelta de tuerca. Cada gol en cualquiera de las canchas tenía algún tipo de impacto sobre otro u otros contendientes. El doblete de Lavezzi, sumado a un gol de Maipú en cancha de Atlanta, depositaba a San Martín en el octavo puesto, el peor escenario posible.

Enseguida, Tristán Suárez vulneró la resistencia de Quilmes y recuperó el tercer puesto. San Miguel volvía al cuarto lugar. Pero llegó el debut en la red en el “Santo” de Aarón Spetale, apenas dos minutos después de reemplazar a Gonzalo “Turbo” Rodríguez, para sellar el 2-2.

Ese gol tiró del fondo de la “zona de reducido” a San Martín, al que ya no volvería en el resto de la tarde. Por el contrario, escaló al séptimo puesto original, por delante de Maipú, y más tarde avanzó un nuevo casillero, hasta el sexto lugar, porque Patronato, que primeramente había logrado nivelar el marcador en Caballito, terminó cayendo 3-1 ante un ya aliviado Ferro.

Los de Paraná incluso quedaron en el sótano, igualados en puntos pero con peor diferencia de gol que los mendocinos, que golearon 3-0 a un Atlanta alternativo.

Así las cosas, el equipo de Gustavo “Sapito” Coleoni se lanzó a una búsqueda desesperada por una victoria que lo volviera a poner dentro del “top 4”, tal como había comenzado la jornada sabatina.

Pero el gol que se “comió” Bruno Nasta prácticamente debajo del arco lo terminó condenando a un “segundo mejor” quinto puesto que lo obliga a definir en rodeo ajeno, una condición que está muy lejos de favorecerlo: su fortaleza es su casa, en la que no perdió durante todo el torneo.

Por eso, los hinchas locales que llenos de ilusión prácticamente colmaron el Malvinas Argentinas se fueron con bronca y las transmisiones partidarias expresaban su frustración por la victoria que su equipo dejó escapar en dos ocasiones. Incluso algunos se quejaron por la falta de ambición que suelen mostrar los conjuntos dirigidos por el “Sapito”.

El “vaso medio” lleno para San Martín fue que con el punto cosechado mejoró levemente su posición de cara al reducido e inscribió su nombre en la próxima Copa Argentina. En definitiva, ganar en Los Polvorines tampoco le hubiera alcanzado para meterse entre los cuatro mejores (aunque sí para escalar a la quinta posición).

En una jornada de emociones -y posiciones- cambiantes, al fin festejaron unos (Tristán Suárez, Gimnasia y Tiro, Deportivo Maipú, más Almagro, por supuesto) y sufrieron otros (empezando por el descendido Alvarado, y también de alguna forma San Miguel y Patronato, y Colegiales, que se quedó a las puertas de meterse en el reducido).

 ¿San Martín? Se quedó en una suerte de medianía. Ni tan tan, ni muy muy.