El Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP) presentó el Programa Provincial de Promoción de Café, una iniciativa que busca acompañar al sector privado y dar un marco institucional a una actividad que comienza a desarrollarse en la provincia.

El acto, que se realizó ayer, estuvo encabezado por el vicepresidente del IDEP, Juan Casañas, acompañado por el subsecretario de Desarrollo Productivo, Martín Lazarte; el director técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), Hernán Salas; el productor Jorge Zelarrayán; el representante de la empresa tucumana Café Aruba, Diego Capmany; y el asesor técnico privado Mariano Jasinsky.

Casañas explicó que el programa surge con el objetivo de respaldar a los productores, gestionar créditos del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y sentar las bases para el cultivo de café en el pedemonte tucumano, aprovechando las condiciones generadas por el cambio climático. “Hoy es el Día Internacional del Café y desde el Gobierno de la provincia estamos acompañando el empuje del sector privado, institucionalizando la actividad con la participación del IDEP, la Estación Experimental Obispo Colombres, la Subsecretaría de Desarrollo Productivo y el CFI”, señaló.

En cuanto al potencial económico, Casañas remarcó que Argentina importa más de 500 millones de dólares en café, y que el desafío es que Tucumán pueda cubrir un 30% de esa demanda en el futuro. “Podríamos generar un negocio que giraría en torno a los 3.000 millones de dólares a lo largo de los años. No es inmediato, pero es un proceso con impacto en el empleo y en la creación de oportunidades para los emprendedores”, afirmó.

Actualmente, existen más de 30 productores que trabajan de manera experimental con plantaciones que varían entre 500 y 7.000 plantas. “El cultivo de café es tropical, pero el calentamiento global está desplazando las zonas productivas hacia áreas subtropicales como el pedemonte tucumano. Hay plantas que ya superaron heladas como la del 2013, lo cual demuestra la viabilidad del proyecto”, añadió Casañas.

Por su parte, Hernán Salas (EEAOC) destacó la importancia de generar un banco de germoplasma para evaluar el comportamiento de las distintas variedades. “El gran motor de esta iniciativa es la actividad privada. El Estado debe estar atento y acompañar, sobre todo por el potencial que tiene para generar empleo en Tucumán”, sostuvo.

El productor Jorge Zelarrayán, en tanto, relató que trajo semillas desde Colombia y logró un desarrollo exitoso en viveros de Lules. “Tucumán tiene condiciones que permiten producir un café diferente al colombiano o brasileño, pero igualmente de calidad. Pensamos en un café propio, con identidad de origen, bajo el nombre de Clúster Café Tucumán, con la marca Café Tucumán”, expresó.

Desde el sector empresarial, Diego Capmany, de Café Aruba, remarcó que el acompañamiento oficial es clave para reducir riesgos. “Actualmente importamos café de Colombia y Brasil. Estimamos que en cuatro años tendremos la primera cosecha y en seis o siete años podríamos alcanzar el autoabastecimiento”, indicó.