En los últimos días circularon versiones sobre una supuesta pelea entre Diego Simeone y Julián Álvarez, a raíz de lo que se creyó que el delantero había dicho al ser reemplazado frente al Mallorca. Sin embargo, el propio futbolista fue categórico al desmentirlo y aseguró que todo fue un error de interpretación.

En diálogo con DSports, Álvarez aclaró lo sucedido. “Las palabras de la lectura de labios que me hicieron no eran las correctas. No tuvo nada que ver con lo que había dicho. Dije una mala palabra, porque estaba enojado conmigo; esa es la verdad. Es algo que siempre pasa, con esto de las redes sociales”. Luego añadió: “Está todo bien. Hay que seguir trabajando y mejorando cosas en el equipo para no dejar puntos en el camino”.

El delantero explicó que nunca lanzó la supuesta frase “Siempre a mí”, como muchos habían interpretado. Ese malentendido generó especulaciones sobre un conflicto interno que se disiparon con rapidez. El gesto más claro llegó en el partido contra Rayo Vallecano, cuando compartió un abrazo con Simeone tras su gran actuación.

El entrenador argentino también salió a despejar dudas con elogios hacia su dirigido. “Es un jugador extraordinario. Es nuestro mejor futbolista. Lo necesitamos en su mejor versión. Tenemos que ayudarlo para que esté contento y que lo tengamos mucho tiempo en el Atlético”. Además, destacó que “desde el partido con el Villarreal el equipo viene creciendo, mejorando” y que los goles de Álvarez fueron decisivos para concretar la remontada.

Una reconciliación a pura emoción

El propio Simeone remarcó que “sin los goles de Julián en los últimos minutos todo parecía estar mal y hoy estaríamos hablando de otras cosas”. La escena final, con el DT corriendo eufórico y fundiéndose en un abrazo con el delantero, borró cualquier especulación. El Cholo cerró con una mirada al futuro: “Nos queda hasta mañana a las 8 ó 9 para descansar. Ese será un partido fantástico contra un rival que está jugando muy bien”.